@Pablo Sierra del Sol / Xicu Ferrer vio ayer el partido del Pizjuán con un ojo en la pantalla y otro en el vientre de su pareja. Carmen, la niña que esperan, está a punto de nacer y no podía viajar a Sevilla para representar al Formentera en la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. El presidente no olvidará este 2016, que empezó asumiendo el cargo que dejaba vacante Felip Portas, y acabará con paternidad y buenos resultados en lo deportivo. «El recuerdo de esta eliminatoria contra el Sevilla lo vamos a guardar para siempre. Afortunadamente, internet, las redes sociales y la tecnología han facilitado mucho las cosas en ese sentido. Tenemos un archivo muy chulo de los dos encuentros que hemos jugado contra ellos. Y no hay que olvidarse del camino para llegar a esta eliminatoria. Algunos comentan que hemos tenido suerte, pero no es fácil eliminar a tres equipos de Segunda B. Había diferencia de nivel entre ellos y nosotros, pero supimos competirles», dice Ferrer.
Los catorce goles encajados en la eliminatoria es lo de menos: la diferencia entre las dos plantillas era estratosférica; más de uno alucinó con la calidad de Ganso o el despliegue físico de Iborra o Ramy. Los futbolistas han disfrutado al mismo nivel que aficionados y directivos. Once miembros de la junta formenterense almorzaron ayer con la directiva sevillista, que ha tratado al club insular igual que a los rivales de postín que recibe cada semana en Primera División o competición europea. Hubo obsequio en forma de cerámica mozárabe que replica la Giralda y el escudo de la entidad de Nervión, y recuerdo para Pepín Marí en el vídeomarcador del estadio. Además, el público palangana que acudió a la cita aplaudió el gol de Gabri. Son detalles que no se olvidan en una noche donde sonaron ses castanyoles y se vieron algunas barretines en el campo del Sevilla.
De vuelta a Formentera, mientras espera en El Prat a que salga el segundo de los dos aviones que hace falta tomar para regresar desde Sevilla a la isla, Pep Toni Bartolomé hace balanza de este mes de locura. Él, encargado de coordinar la comunicación de la entidad, tuvo trabajo extra en el partido de ida: «Esa experiencia nos enseña todo lo que hay que trabajárselo para que un gran evento deportivo salga bien. Creo que cumplimos, el propio Sevilla nos ha felicitado por el montaje de ese partido. Era una prueba de fuego para nosotros, una experiencia casi única. Ahora el reto es no despistarse en la segunda vuelta y luchar con el Poblense y la Peña».
¿Habrá refuerzos para atacar ese objetivo? Tito García Sanjuán los desea, pero Ferrer prefiere no mojarse de momento aunque admite que la plantilla es corta. En los próximos días harán cuentas y verán cuánto dinero ha dejado la Copa del Rey en las arcas de la entidad. No solamente se tienen que descontar los gastos que han supuesto los desplazamientos. Hay que añadir los costes de la organización de la ida contra el Sevilla, donde se contó con servicio de seguridad privada y mucha gente colaboró para que aquella histórica jornada saliera adelante.
«Desde luego, no quedarán las cifras tan abultadas que alguno está comentando. Aunque quedará un beneficio interesante, hay que ser cautos. No podemos salirnos de la línea con la que se ha gestionado el Formentera en los últimos diez años. Si algún día nos vemos en Segunda B, lo más complicado no será ser competitivos en lo deportivo sino tener la cabeza fría para no hacer locuras con los fichajes y sueldos y descuadrar el presupuesto», expone Ferrer. Para el presidente, la ilusión no es otra que el ascenso. Lograrlo sería otro impacto positivo para reforzar «la mejor masa social de la Tercera balear», una afición que cree que ha crecido gracias al premio de la Copa. Lo ve peleable, al igual que el campeonato de Liga que, además, da derecho a jugar el torneo del KO la próxima temporada. El Formentera ha podido disputarla en la 2016/2017 al quedar segundo el curso pasado y aprovecharse que el Mallorca B, al ser filial, no podía participar.