Madrileño de nacimiento pero ibicenco de adopción, Joaquín Robles, del Bifit Sports Club, combina en la isla el complicado entrenamiento de una de las modalidades deportivas más duras y exigentes con su trabajo diario en Servicios Palau. Tras culminar la temporada del circuito nacional Spartan Race con una tercera posición en el podio de la modalidad Súper, se prepara ahora para el Mundial Sprint que tendrá lugar en Croacia el próximo mes de octubre.
Será un paso más en su puesta a punto de cara la prueba reina de esta especialidad, el Mundial de Grecia, donde los participantes tendrán que cumplir con el exigente programa previsto para los dos días de competición en noviembre de este año y afrontar tres pruebas en este espacio de tiempo, una de cinco kilómetros y 20 obstáculos, otra de 10 kilómetros y 25 obstáculos y la última, de 21 kilómetros y 30 obstáculos.
Algo solo al alcance de los más fuertes, tanto física como mentalmente, puesto que los escollos a los que se deben enfrentar los participantes no son moco de pavo: la fuerza, el equilibrio, la habilidad en la cuerda y la flexibilidad son esenciales, además de la capacidad de sufrimiento, para poder plantarles cara, para poder pasar por ellos sin ser penalizado y mantener las opciones de estar en el grupo de cabeza, que es para lo que entrena Joaquín Robles.
Sin embargo, Ibiza no es un sitio idóneo para preparar este tipo de competiciones de montaña, que se disputan a alturas considerables donde, además, se nota la falta de oxígeno. Es un hándicap para él, pero donde otros verían problemas, él ve una oportunidad. «El mejor sitio de la isla para entrenar, y donde hago muchos kilómetros, es sa Talaia de Sant Josep, de 475 metros de altura. No es tan elevada como los lugares en los que se celebran las pruebas, pero en pocos sitios hay unas vistas que se puedan comparar con las que se tienen desde esta montaña y eso hace los entrenamientos mucho más llevaderos», explica.
La prueba de Grecia, el Mundial que todo ‘espartano’ espera, es la meta de este año para Robles, que, aun así, no descarta tomar parte también en el mundial sobre arena que se ha estipulado para finales de año sobre las dunas de Abu Dabi, otra competición rompe-piernas de las muchas a las que se enfrentan los especialistas de esta modalidad a lo largo del curso.
Robles explica que, aunque siempre ha practicado deporte, conoció esta modalidad en la isla gracias al profesor de un gimnasio de Ibiza con quien se introdujo en la práctica de la Spartan, que le ha cautivado por completo y que le mantiene ocupado durante su tiempo libre. Y es que el campeonato nacional Spartan Race y los mundiales a los que acceden los mejor preparados requieren de un gran esfuerzo, muchas horas de entrenamiento y una fortaleza mental a prueba de bombas. De lo contrario, es imposible acabar una sola competición.
Las fechas del Mundial de Croacia y el de Grecia están señaladas en rojo en su calendario. Su meta, su objetivo, es quedar lo más adelante posible en la clasificación sin fijarse un tope, puesto que sabe que el nivel de sus rivales es muy alto. Como ejemplo de la dureza de este deporte, las imágenes que aparecen bajo estas líneas.
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