Al fin la Peña Deportiva ha dado con la tecla del éxito. Después de varias temporadas de baches y de objetivos incumplidos, el conjunto de Santa Eulària marcha con paso firme al frente de la Liga balear de Tercera División. El título honorífico de campeón de invierno que acaba de conseguir no sirve para nada a efectos prácticos, pero es un indicador a tener en cuenta para decir sin miedo que la Peña aspira seriamente a conquistar el título de Liga. Lleva en este momento 10 puntos sobre su más inmediato perseguidor y en la jornada pasada arrolló al Santanyí, 5-1.
La Peña presenta credenciales de campeón, tiene calidad y experiencia en la plantilla y de momento no ha sido inferior a nadie en el campeonato, aunque haya perdido algunos partidos. Su técnico, Mario Ormaechea, no quiere mirar más allá del próximo partido, por muy bien que le hayan ido las cosas hasta ahora. Es su política, y encaramado en la cima de la tabla como está ahora nadie está en condición de discutírsela. De hecho, esta estrategia descarga de responsabilidad a sus jugadores, una presión que en temporadas anteriores ha atenazado a los futbolistas de la Peña, un club que siempre ha querido estar entre los cuatro primeros para disputar el play-off de ascenso a Segunda B.
A parte de la goleada que le endosaron los peñistas al Santanyí (5-1) en la pasada jornada, de ese partido cabe destacar el debut de dos juveniles, Dani y Antonio, señal de que Mario Ormaechea valora y tiene en cuenta el trabajo de los jugadores de las categorías inferiores del club y les da minutos para que vayan cogiendo la medida a la competición.
Sin tiempo de celebraciones, la Peña ya prepara el desplazamiento que tiene que realizar este fin de semana a Mallorca para enfrentarse el domingo al Alcudia. «Un campo duro y en el que es complicado jugador», indica Ormaechea, quien, junto a sus jugadores, tratará de seguir escribiendo con letras de oro una de las páginas más brillantes de la historia del club.
Bache de juego
Tras empatar en casa con el Ciutadella (2-2) y perder en el campo del España (2-1), da la impresión de que el Formentera, segundo clasificado en la Liga, está atravesando un ligero bache de juego. Dice Luis Elcacho que sus jugadores están experiemntando en sus piernas «el cansancio», consecuencia de una plantilla «corta» en la que «cuando faltan tres o cuatro jugadores se nota que no hay fondo de armario».
Quizá por este motivo, por la escasa profundidad de banquillo de su conjunto, Elcacho va probando a los jugadores del juvenil del club. Si ante el Ciutadella debutaba de urgencia Jordi Verdera bajo los palos, ante el España fue Cristian Mancebo, también del juvenil del club, quien entró al campo en sustitución de Winde. Aunque su aportación fue escasa por cómo transcurrió el encuentro, lo cierto es que ya ha gozado de sus primeros minutos en Tercera División, cosa de la que pocos pueden presumir en la isla
Para acabar de golpe y porrazo con cualquier crisis de resultados, por pequeña que sea, no hay nada mejor que una victoria que revitalice la autoestima del equipo. Y eso es lo que tratará de conseguir este domingo el Formentera, a las tres de la tarde, en el municipal de Sant Francesc, donde recibe al Andratx, penúltimo clasificado con 15 puntos. Una oportunidad única, sin duda, para zanjar cualquier duda que haya podido surgir al respecto de las posibilidades del equipo, que está haciendo un temporadón.
Invencible domicilio
Mención a parte merece la racha del Isleño como visitante. Sigue sin perder el equipo de Vila lejos de su estadio tras ocho partidos. Recuperó un punto en el derbi ante el San Rafael cuando parecía que lo tenía todo perdido con un tanto de Winy en el minuto 92.
Si consigue ajustar en la segunda vuelta su rendimiento en casa, el conjunto de Antonio Asensio estará en condición de escalar muchas posiciones en la clasificación y luchar por cotas más importantes que en las que se mueve en la actualidad, donde es noveno en la tabla. Se le presenta mañana ante el Sóller (a las cinco de la tarde en Can Misses) una buena oportunidad para dejar atrás los malos números que presenta como local.
La cruz
El San Rafael es el otro lado de la moneda del derbi. Creía el equipo de Vicente Román que tenía el partido en el bolsillo cuando, de nuevo en tiempo de descuento, encajó el tanto del empate del Isleño. Segunda vez consecutiva que le ocurre después de perder en Santa Eulària de un modo similar.
Pese a no haber ganado, el San Rafael, decimotercero con 21 puntos, se mantiene en la zona templada de la clasificación, un lugar en el que, sin embargo, no puede ir dejando escapar demasiados partidos ya que la diferencia con las plazas de descenso es de solo cuatro puntos. Mañana vuelve a jugar en casa, a las cinco de la tarde ante un Santanyí dolido por la abultada derrota encajada en el feudo de la Peña.