La UD Ibiza acumuló unas pérdidas de más de 4,24 millones de euros durante el ejercicio de 2021. Ese año, el club empezó el curso militando en la desaparecida Segunda División B y lo acabó jugando en Segunda A tras conseguir el primer ascenso de un equipo de la isla a la categoría de plata del fútbol nacional.
Durante ese mismo periodo, la sociedad anónima deportiva (SAD) que preside el empresario valenciano Amadeo Salvo generó un total de 1,38 millones de euros en ventas, según los datos extraídos del Registro Mercantil.
El club contaba en 2021 con un capital social de 15,48 millones de euros, y, a final de año, un total activo de 6,84 millones en recursos. A pesar de las pérdidas generadas, el ejercicio fue un éxito en el plano deportivo, puesto que el club logró el ascenso y, al año siguiente, 2022, la permanencia en Segunda División.
Sin embargo, la buena marcha del proyecto se ido torciendo este curso deportivo. Desde principio de campaña las cosas no han salido como estaban previstas y a día de hoy la UD Ibiza está al borde del descenso. Es penúltima empatada a puntos con el colista, el Lugo, y tiene la salvación a 12 puntos de distancia cuando tan solo restan 11 jornadas para que concluya el campeonato.
Tras empatar ante el Villarreal B (0-0) el pasado sábado, el primer equipo de la entidad celeste está concentrado ahora en el próximo encuentro de Liga, que tendrá lugar el sábado que viene en el terreno de juego del recién ascendido FC Androrra (14 horas), que es decimotercero y tiene15 puntos más en su haber.
La mala planificación deportiva desde principio de temporada ha lastrado al conjunto insular en el campeonato, y los esfuerzos realizados por la directiva para resolver los problemas con la llegada de otros futbolistas que mejoraran lo que había no han surtido efecto, por el momento. Quedan 11 jornadas, y la inversión se ve amenazada por el duro golpe que supondría descender de categoría.
És el que passa quan es vol estirar més el braç que la màniga.
… Però tranquils, que ja vindrà algun xeic àrab a ficar-hi calerons i tot arreglat.
Bé, tot menys l’afició ultra espanyorda de les grades, que és una vergonya per a l’illa.