La crítica es inherente al fútbol y hay que aprender a vivir con ella. Tanto si es buena como si es mala. Hay que digerirla, procesarla y sacar conclusiones provechosas, si es posible. Las opiniones son eso y son de quien las emite. No necesariamente tienen que ir en la misma línea o sintonía de pensamiento de hacia quien o quienes van dirigidas. Pueden ser compartidas o no, pero conviene respetarlas.
El entrenador de la Peña, Dani Mori, salió ayer en defensa del trabajo del equipo, la secretaría técnica y el propio cuerpo técnico que encabeza después de la merecida lluvia de críticas que recayó sobre él y los suyos tras perder ante el penúltimo clasificado de la Liga hace dos jornadas. Y lo hizo esgrimiendo datos de muy dudosa credibilidad, por no decir, directamente, falseados a conveniencia. Una tomadura de pelo, para no andarse por las ramas.
Se escudó el entrenador en el presupuesto, cuando sin realizar una gran inversión es imposible confeccionar una plantilla como la que maneja, en la que todos los futbolistas cobran y donde el club pone también vivienda a disposición de jugadores y técnicos cuando es necesario. Tal y como está el mercado futbolístico e inmobiliario en Ibiza hoy es difícil pensar que un equipo de este calibre pueda costar menos de unos 200.000 euros. Esto lo saben dos, los vivos y los muertos. Digan lo que digan.
Si con todo esto pierdes contra el penúltimo, un equipo casi amateur, y te critican, lo suyo, lo normal y lo justo es que te enfundes el impermeable y esperes a que salga el sol. Se llama tener cintura.
Para maquillar la presencia de jugadores de la cantera en el primer equipo, cuestionada también por la prensa, Mori erró de nuevo en su apreciación. Enumeró como futbolistas de la casa a efectivos que proceden de Formentera o nacidos en Madrid e incorporados a la Peña hace pocas campañas, entre otros con más años en la Isla pero que tampoco jugaron en las categorías inferiores de los clubes pitiusos.
Además, el entrenador resaltó el número de partidos jugados por los futbolistas de la Isla con los que cuenta en su plantilla para rebatir las informaciones publicadas al respecto. Eso sí, sin mencionar, intencionadamente o no, que su paso por el terreno de juego fue residual o reservado a esos instantes del juego que en terminología deportiva se conocen como ‘minutos de la basura’, aquellos en que un partido está ya decidido pero no se ha agotado el tiempo reglamentario. Salvo Torres o Raúl Gómez y el recién llegado Bernal, pocos más futbolistas de la Isla juegan en la Peña de forma habitual.
Si las críticas recientes partieran de un solo foco o de un único medio de comunicación sería factible pensar que alguien puede estar equivocado en sus análisis o que le tiene ojeriza al club o a alguna persona de la entidad, pero cuando el juicio es unánime por parte de la prensa habría que reconocer que quizá algo de razón tengan los otros en vez de creer que todos, menos uno mismo, están equivocados.
Mori pidió comprensión y ayuda a los medios para alcanzar sus objetivos y eso seguro que no le va a faltar, porque nadie en la prensa quiere nada malo para su club, más bien todo lo contrario. Lo único que tiene que tener en cuenta tanto él como quienes le aconsejan es que cuando la Peña pierda o se deje puntos ante rivales muy inferiores jamás recibirá loanzas, para su bien.Y que cuando ofrezca datos sesgados tampoco se los van a comprar.
No hay que confundir crítica y toques de atención que persiguen una reacción con confabulaciones inexistentes.
Por Vicent Ribas