EFE / Por segunda vez consecutiva, el balear Rafael Nadal jugó en la pista central de Wimbledon para superar al kazajo Mihail Kukushkin, 77 del mundo, por 6-4, 6-3 y 6-4, en dos horas y 23 minutos, y alcanzar la tercera ronda.
Al igual que el suizo Roger Federer, Nadal pisa ya los dieciseisavos de final de este ‘major’ sin ceder un set. El de Basilea, cediendo 14 juegos, y 19 el de Manacor. Ambos son las dos piezas principales del torneo, que este jueves se quedó sin el finalista del pasado año, el croata Marin Cilic, que cedió ante el argentino Guido Pella, por 3-6, 1-6, 6-4, 7-6 (3) y 7-5.
«Muy duro juega muy bien sobre hierba, ha sido un buen test», dijo Nadal nada más acabar sobre su rival de hoy, «y lo mas importante es que he podido superarle», añadió el segundo favorito, campeón en 2008 y 2010.
«Entré en la pista con mucha determinación, pensando que tenía que cometer no demasiados errores no forzados, y lo he conseguido», prosiguió.
«Es mejor así», respondió al hecho de haber pasado sus dos primeros encuentros sin ceder un set. «Pero lo mejor cuando juegas aquí es dar lo mejor de ti mismo. Algunas veces es así y otra no se te da tan bien, pero ahora lo importante es que tengo un día entre medias, para practicar y prepararme para el próximo encuentro».
Sin desplegar un juego brillante, pero si lo suficientemente efectivo para noquear por cuarta vez al tenista kazajo, y por segunda en el All England Club (2014), Nadal se adentra ya en la parte decisiva del cuadro.
Se medirá en tercera ronda con el australiano de ascendencia española Alex de Mianur (padre uruguayo y madre española, y residencia en Alicante) que derrotó al francés Pierre-Hugues Herbert, por 6-2, 6-7 (8), 7-5 y 6-3 en tres horas y cinco minutos.
Nadal comienza lanzado
El duelo comenzó con un Nadal lanzado que se colocó rápidamente con 3-0, pero casi con la misma rapidez el de Manacor cedió los tres juegos siguientes, para pasar a controlar luego el partido sin más sustos para el español.
No obstante, su juego tuvo apuntes que hicieron fruncir el ceño al actual número uno del mundo, con un bajo porcentaje de primeros servicios: 65 por ciento, cediéndolo en ocasiones de 13 oportunidades y solo 11 puntos ganados esta vez, menos de la mitad que en su primer partido contra el israelí Dudi Sela.
Los errores no forzados, 18 esta vez, con un remate en el último juego entre ellos, hicieron más cómoda la victoria de Nadal que se despidió con un resto del kazajo besando la cinta y cayendo de su lado.