@Pablo Sierra del Sol / Pocas cosas deben satisfacer más a un entrenador que ver que sus indicaciones pueden aplicarse en la pista. Durante la primera mitad, Noel Cardona veía que sus pupilas no eran capaces de cerrarse ante los ataques de un Alcobendas muy superior físicamente. En el descanso, entrenador y jugadoras hablan. Entre todos se convencen de que se puede defender mejor. Y el cambio de mentalidad y el celo en el orden defensivo surte efecto.
«En la segunda parte solamente nos han marcado ocho goles. Las hemos tenido donde queríamos, 22-22 y ellas cansadas a falta de cinco minutos. Algunos fallos nuestros, como varios errores de lanzamiento, y algún error arbitral han decantado la balanza. Era muy complicado, el Alcobendas es muy buen equipo y tenía que salir todo perfecto para ganar. La expulsión de Ainhoa García por roja nos ha dejado sin ideas porque ella aportaba un plus de velocidad y daba la frescura que necesitábamos en ataque», analiza Cardona. Su homólogo en el Alcobendas, Félix García Carracedo, no dudará en señalar que «la defensa abierta del Puchi no se ve en División de Honor, pero puede ser muy efectiva porque, cuando se conjunta bien, es muy difícil de penetrar».
Ante el derroche físico, mental y táctico de su plantilla, Cardona solamente puede quitarse el sombrero: «Lo que han conseguido estas chicas es increíble. Me voy muy orgulloso de este partido. Hay un punto de inflexión en el balonmano ibicenco con la aparición de este equipo. La gente que están moviendo y la atención que nos brindan los medios eran impensables hace un par de años».
En unas horas, el Puchi vuelve a jugar, esta vez en División de Honor Plata, contra el Sant Esteve. Para Cardona, la acumulación de esfuerzos no es excusa. Están donde querían estar, luchando por el ascenso. Les quedan un par de meses de vértigo para tratar de amarrar una de las dos primeras plazas. Y, luego, si juegan su segundo playoff en dos años (dato nada desdeñable) otro gallo cantará.