El nuevo entrenador de la UD Ibiza, Paco Jémez, ya está en la isla. Listo y preparado para empezar a trabajar. Este mismo lunes se pondrá al frente del primer equipo de la entidad ibicenca. Llega a un equipo recién ascendido a Segunda A y que desde que irrumpió en ella no ha desentonado de forma grave en casi ningún momento.
De hecho, se encuentra cinco puntos por encima de la zona de descenso y salvo en dos partidos, ante el Eibar y el Cartagena, ha luchado de igual a igual ante el resto de rivales, incluido el Almería, que le ganó de penalti y que igual que se llevó los puntos del estadio de Can Misses, podría habérselos dejado.
Por tanto, con su presencia en el banquillo se busca más chispa, cosas nuevas. Por ejemplo, que el conjunto se haga fuerte en casa, donde solo ha ganado dos partidos, que practique un juego más visto que enganche un poco más con la afición y que eso haga y permita seguir sumando adeptos a la causa celeste.
Existe equilibrio en la plantilla, con lo que de él se espera que, además de mantener este aspecto, se vea un grupo más ambicioso y valiente. Quizá eso sea lo único que de verdad le ha faltado hasta la fecha, sobre todo en algunos encuentros, incluido el de la eliminación de la Copa del Rey en el campo de la Ponferradina, donde la sensación percibida desde fuera ha sido de como si hubiera cierto conformismo.
Lo primero y más importante, no obstante, es que la UD Ibiza vuelva a ganar un partido después de no haberlo hecho en los últimos seis encuentros de Liga. Se debe romper con esta racha negativa cuanto antes para invertir la situación, recobrar la confianza y comenzar la segunda vuelta del campeonato desde la tranquilidad.
Y la primera oportunidad aguarda con un choque que está a la vuelta de la esquina, el día dos de enero en el campo del Fuenlabrada, un rival directo que está en la zona baja de la clasificación y que marca la línea del descenso, ya que es el cuarto clasificado por la cola.
El partido ha cobrado más importancia de la que en un principio debería tener por los tres puntos en juego, puesto que si la UD Ibiza es capaz de ganar pondría tierra de por medio con los rivales de la parte baja de la clasificación y la cosas, de golpe, se verían de otra manera, con mayor optimismo y menos urgencias, algo que siempre contribuye a que se trabaje mejor y con menos presión.
Jémez, con sobrada experiencia en esta categoría y también en Primera División, ha llegado al club para ejercer de revulsivo. Y en sus manos está, a partir de ahora, el futuro deportivo del club. Su obligación pasa por sacar mayor rendimiento a la plantilla y que con ello se escalen posiciones en la clasificación para no pasar apuros.