El Formentera quiere hacer pagar los platos rotos al Andratx, penúltimo clasificado de la Liga balear de Trecera División. Un empate y una derrota en las dos últimas jornadas saben a poco para un equipo con espíritu ganador como el formenterense, que quiere volver a sumar de tres en tres sin más dilación. Tendrá que prescindir de la siesta quien quiera ver el partido, que se juega mañana, a las tres de la tarde, en el municipal de Sant Francesc Xavier.
A priori y desde fuera parace un encuentro y un rival perfecto para salir del pequeño bache de resultados que atraviesa el Formentera. Sin embargo, no piensa igual su entrenador: «Preferiría que viniera la Peña, que es líder ¡Mira lo que te digo!», espeta. Sabe Luis Elcacho que los jugadores, los suyos y los demás, se mentalizan solos cuando se enfrentan a un rival de entidad y que se dejan llevar por la seguridad cuando se miden a los pequeños. «El rendimiento baja automáticamente cuando te confías y nosotros no nos lo podemos permitir. Si levantas el pie del acelerador te puede ganar cualquiera, por muy abajo que esté en la clasificación. No se le puede perder el respeto a nadie», advierte el técnico.
Hasta seis jugadores del Formentera están ‘tocados’ para el partido ante el Andratx, aunque en un principio y si no hay contraindicación están todos convocados. José Carlos, Armando, Titi, Marcos Contreras, Rótolo y Diego Romero no se encuentran totalmente recuperados, pero, a pesar de ello, se han puesto al servicio del míster para ayudar a enderezar el rumbo de la nave.
Tras la derrota de esta semana ante el España, los jugadores del Formentera se mostraron muy afectados por no haber podido puntuar en Llucmajor. Para Elcacho, esto tiene una doble lectura. «Por un lado es bueno, porque indica que es un grupo ganador, pero si dejamos que la derrota nos afecte más de la cuenta también puede resultar contraproducente. Tenía ganas de perder un partido, por raro que suene o parezca, porque así todos volvemos a tocar con los pies en el suelo y recordamos cuál es nuestra realidad, que somos un equipo humilde», concluye el preparador ilerdense.