El Sant Jordi se proclamó este sábado campeón del primer torneo infantil de fútbol ‘Tomate Rojo’, celebrado en las instalaciones de la Peña Deportiva en Santa Eulària. El torneo contó con la participación de nueve clubes de la isla y un total de doce equipos. La final se disputó entre la Peña Deportiva y Sant Jordi, donde este último se alzó con la victoria en la tanda de penaltis tras un empate a cero.
El evento deportivo, que comenzó a las 9 de la mañana y se extendió durante casi 12 horas, incluyó 30 partidos de fútbol 11 entre fase de grupos y eliminatorias. Además de la intensa competencia, el torneo destacó por su alta asistencia, con una media de 250 espectadores y picos de hasta 600 personas durante la final.
El torneo fue organizado por la Peña Deportiva con la colaboración del Ayuntamiento de Santa Eulària, Feim Esport y la pizzería Tomate Rojo, que patrocina el campeonato. Además de Sant Jordi y Peña Deportiva, los equipos de Puig d’en Valls y la UD Ibiza completaron el podio, ocupando el tercer y cuarto lugar respectivamente.
Entre los premios individuales, el portero de Sant Jordi fue reconocido como el mejor guardameta del torneo, mientras que el máximo goleador fue un delantero del Puig d’en Valls, y el premio al mejor jugador recayó en un futbolista de Santa Eulària.
Cristian Carranza, organizador y dinamizador del evento, destacó el ambiente festivo y de respeto que se vivió durante la jornada, resaltando que los equipos compartieron una comida en un ambiente de camaradería, sin distinción de clubes.
El próximo sábado 1 de junio, la Peña Deportiva organizará un nuevo torneo para la categoría de alevines, con la participación de hasta 16 equipos de toda la isla.
Pésimo torneo. Mala organización. Mesas de los niños para comer a pleno sol, cobraban «entrada + rifa» a los familiares sin previo aviso en el campo municipal, cruces finales mal planteados (un grave error diría yo!), dijeron que darían fruta (se suponía que a media mañana y media tarde) y sólo se proporcionó una pieza después de la comida y un largo etc. de «disconformidades» que hicieron que un torneo con potencial y que podría haber sido fantástico quedará en una pantomima. Una lástima, para no volver.