El primer día de la Etapa 2 del Dakar 2025, desarrollada el 5 de enero entre Bisha y Bisha, ha representado un auténtico desafío tanto para la resistencia de los vehículos como para la habilidad de los pilotos, especialmente en la categoría FIA. En esta primera jornada de la etapa maratón, que se extiende durante 48 horas y presenta recorridos distintos según la categoría, los coches afrontaron 967 kilómetros y las motos 947, rozando casi los 1.000 kilómetros y sumando alrededor de 300 kilómetros de dunas que pusieron a prueba la estrategia de cada competidor.
Sin asistencia técnica al término del día, cada equipo debe ser autosuficiente, reparando el vehículo con los recursos disponibles en un vivac básico con servicios mínimos y raciones de comida militar, lo que añade un grado adicional de dificultad a una prueba ya de por sí exigente.
El equipo con acento insular en el que conduce Gerard con el ibicenco Toni Vingut como copiloto han protagonizado una actuación destacada en esta primera parte de la etapa maratón de 48 horas, finalizando el día en séptima posición pese a haber arrancado desde la novena plaza. Su sólido desempeño en el primer encuentro con las dunas del exigente desierto saudí pone de relieve tanto la compenetración entre ambos como la fiabilidad de su coche, factores clave en un recorrido donde cada error se paga muy caro.
Con el cierre de esta jornada, los pilotos se han dirigido a uno de los campamentos habilitados por la organización, donde cada participante dispone únicamente de una tienda de campaña, un saco de dormir, un colchón autoinflable, una ración de comida y seis litros de agua al día. Estas condiciones austeras exigen un gran sentido de la autosuficiencia y la solidaridad entre los equipos, ya que no hay asistencia técnica al final de esta etapa.
Antes de poder descansar, Gerard y Toni han tenido que revisar y ocuparse de las tareas de mantenimiento de su vehículo, desde el control de presiones de neumáticos hasta la inspección de suspensiones y mecánica general.
Cualquier fallo no detectado a tiempo podría convertirse en un contratiempo mayúsculo durante la segunda jornada de la etapa maratón. Por ello, el trabajo en el vivac no solo requiere resistencia física, sino también habilidad mecánica y un gran sentido de la organización, todo ello bajo la constante presión de saber que, al día siguiente, todavía restan cientos de kilómetros cronometrados por afrontar en el desierto.
Para el segundo día de esta segunda etapa, la organización ha anunciado que se alternará la salida de motos y coches con intervalos de 30 segundos, iniciando la acción a las 5:00 (hora peninsular). Con un terreno igualmente implacable por delante, la clave seguirá siendo mantener un ritmo constante, minimizar los errores de navegación y gestionar de forma cuidadosa los recursos mecánicos. Cada kilómetro representa una oportunidad para demostrar habilidad, resistencia y estrategia en uno de los rallys más exigentes del mundo.