@V. R. / Ibiza es una instalación deportiva outdoor de primer nivel. Y el Motoclub de Formentera i Eivissa sabe cómo explotarla tanto de forma competitiva como turística. La esencia de los Dos Días de Trial va más allá de la rivalidad por ganar, de llegar primero o levantar una copa. Es un encuentro cara a cara con la naturaleza más abrupta y menos concurrida de la isla. Un pulso perdido de antemano contra una tierra, la ibicenca, que cambia tanto de una estación del año a otra que a veces no parece la misma de la última vez.
La zona de Cala Salada y ses Fontanelles ha sido una de las caras de Ibiza que los pilotos franceses, ingleses, catalanes y mallorquines, entre otros, han descubierto hoy en la primera jornada de esta veterana y auténtica prueba trialera que organiza la gente del motor de las dos ruedas más implicada. En las rocas de las aguas de Cala Saladeta se hablaba esta mañana de viernes francés e inglés, algo normal en otras fechas del año, y que, sin embargo, en un día de diciembre suena extraño por una histórica torpeza promocional de la comunidad balear que Sant Antoni hace por esquivar.
Con un sol radiante y una temperatura que cerca del mar inducía al baño, a las nueve de la mañana ha arrancado la primera jornada de los Dos días de Trial Isla de Ibiza. La categoría amarilla, la de menor dificultad, ha sido pasto de las tropas galas. En ses Fontanelles, donde se encuentran las únicas pinturas rupestres de la isla, los franceses han sido los amos. Jean Paul Rabaute domina la clasificación con 12 puntos después de 25 zonas de exigencia moderada y ricas en diveridad de obstáculos. Tras él está su compatriota Bernard Delchevalerie, con 16 penalizaciones, y Feraud Maya, con 19. De entre uno de ellos, salvo fiasco mayúsculo, saldrá el vencedor.
El incombustible Xicu Ramón, ‘Brava’, encabeza la clasificación verde (40 participantes) con 29 puntos, en la que no parece dispuesto a doblegarse en el mano a mano que sostiene con los pilotos mallorquines Jaume Roig y Albert Bonet, que le siguen de cerca con 32 y 33 puntos. ‘Brava’, que sabe más por zorro que por viejo, tiene por delante una segunda jornada de puro trial y desgaste que con la experiencia que acumula afronta sin presión alguna.
En categoría azul, el piloto catalán Josep Díaz tiene encarrilada la victoria tras sumar 24 puntos de penalización por los 32 del joven mallorquín de categoría junior Jaume Roselló, segundo, y los 41 del tercero en discordia, el catalán afincado en Ibiza y especialista de enduro Christian Ardevol.
Los pilotos mallorquines han copado los primeros puestos de la clasificación de la categoría roja, donde el reciente campeón de España d TR3, March Horrach, ha tirado de galones para acabar primero con 41 puntos, seguido del piloto de Pollença Josep Seguí con 73 puntos y de su paisano Tomas Oliver con 75 puntos.
La categoría de máximo nivel no ha atraído este año a los mejores pilotos de la escena trialera nacional, que lo son también del mundo, quienes se han perdido un viaje impabable a las entrañas del trial más autético y de la promoción más salvaje, la del compromiso. Marcel Justribó, un fijo, ha hecho bueno el refán de quien tuvo retuvo y ha reinado en una primera jornada en la que ha dejado la huella de la experiencia, penalizando solo 34 puntos en las complicadas zonas marcadas por los organizadores, seguido de Iván Peydró con 55 y Arnau Ferré con 66.
La jornada de este sábado, en el mismo sitio y a la misma hora, aclararála las clasificaciones de finitivas de una prueba que transucrre en unas zonas que no han dejado indiferente a nadie y en las que se ha combinado la huemdad de los lugares de sobra y tierra resbaladiza con la dureza del litoral más irregular de Cala Saladeta.