@V. R. / Mal día para los equipos pitiusos de Segunda División B. Tanto Peña Deportiva como Formentera han perdido y la permanencia se pone un poco más cuesta arriba. De todas formas, la jornada clave, vital y en la que deben ganar sí o sí es la que viene.
Los dos afrontan duelos en los que no solo hay tres puntos en juego, sino mucho más. Jugarán ante rivales directos, con lo que una victoria, para unos o para otros, tendrá el valor doble de sumar y dejar a cero a un rival directo, como lo son ahora mismo Olot y Llagostera, que persiguen el mismo objetivo que formenterenses e ibicencos.
Los primeros reciben al Formentera; los segundos visitan Santa Eulària. Si alguno de los cuatro sale derrotado, la salvación le quedará lejos, aunque los ganadores tampoco conseguirán nada definitivo. Tras estos choques quedarán solo 12 puntos en juego, pero habrá que seguir remando para hacerse hueco en la categoría.
El final de temporada se presenta de infarto, con unas diferencias mínimas entre los equipos que deambulan por la parte baja de la clasificación. De momento solo el Deportivo Aragón está descartado para la permanencia, por la que luchan, además de Peña y Formentera, Atlético Baleares, Olot, Llagostera, Saguntino, Alcoyano y Sabadell, todos ellos en un pañuelo.
Las derrotas del Formentera y la Peña de este domingo han supuesto que los primeros hayan caído de la plaza de play-out a las de descenso directo y que los segundos hayan vuelto a la penúltima posición de la tabla por detrás del Atlético de Baleares, que ahora tiene un punto más que los de Santa Eulària, 35, y uno menos que los de la pitiusa Sur.
Cualquier fallo a partir de este momento no tiene margen de enmienda para ninguno de los equipos implicados en la lucha por la permanencia. Los jugadores son plenamente conscientes de ello y solo aquellos capaces de mantener el tipo, los nervios y la sangre fría podrán sacar a los suyos del atolladero en el que se encuentran.
Lo decía el meta de la Peña, Imanol, tras la derrota de su conjunto ante el Ontinyent. No entendía la falta de chispa que había tenido su equipo con todo lo que había en juego. Él fue el mejor del partido y cuando esta etiqueta se le atribuye a un portero es que algo no ha salido bien.
No lo dijo como crítica, sino como advertencia, como dando a entender que si no se lucha y se da todo en el campo ahora no habrá tiempo para hacerlo más adelante. Esto es lo que deben entender tanto sus compañeros como los jugadores del Formentera, cuyo futuro se decide en las próximas semanas. Falta por saber si serán futbolistas de Segunda B o de Tercera. El balón está en su tejado y con él su porvenir.