Para descubrir la esencia de Ibiza basta trazar una línea desde el Parque Natural de Ses Salines hasta las murallas de Dalt Vila. En esa diagonal de apenas ocho kilómetros visitantes y residentes pueden exprimir la felicidad disfrutando en cada uno de los seis negocios que lucen con orgullo el sello de Nassau Group. Dos beach clubs conocidos en cualquier rincón del planeta, un restaurante de alta cocina con las mejores vistas de la ciudad, un American dinner con alma de club de música electrónica, un asador de carretera donde se cocina lento, rico y orgánico y un coqueto alojamiento rural, que durante décadas fue uno de los secretos mejor guardados de la isla, integran este universo tan diverso.
Entre todos se retroalimentan, creando un abanico de sinergias que ha permitido a este grupo empresarial labrarse una reputación como referente del ocio, la gastronomía y el wellness en el destino turístico más cotizado del mundo.
#1 Nassau Beach Club
Vivir es urgente y conviene hacerlo sin reservas. Esa es la frase que se lee en las sonrisas de los profesionales que trabajan en Nassau Beach Club cuando acomodan a unos clientes que, si no lo son ya, probablemente se conviertan en amigos más temprano que tarde. El concepto del beach club fue claro desde el principio: dalo todo y tus sueños se harán realidad. Live it up. Durante el día, las botellas de champán aparecen en escena enfriadas en unas bañeras repletas de hielo que cargan cuatro porteadores caracterizados para la ocasión (de piratas, toreros o guiados por Darth Vader). A partir de las ocho de la tarde entra en escena la fórmula Nassau by Night.
Los clientes son los protagonistas y los camareros se encargan, desde que se abre hasta que se cierra, de animar el ambiente agitando servilletas y encendiendo bengalas. Esa complicidad logra que los espectáculos en vivo donde participan los artistas más talentosos de la isla potencien el sabor de comidas y cenas repletas de delicias. Las ostras, los vinos más selectos, el caviar ahumado, el sushi, las creaciones que agitan los mixólogos tras la barra, la carne procedente de las praderas de Nebraska, los cangrejos capturados en el Ártico y las langostas mediterráneas se degustan, mientras, en las mesas del restaurante o en las camas balinesas plantadas sobre la arena. Un festín de sabores al que pone la guinda el house que seleccionan auténticos melómanos. Una
banda sonora que invita a bailar con la sonrisa pintada en la boca hasta entrada la madrugada.
#2 Tanit Ibiza Beach
Situado al final de Playa d´en Bpssa, Tanit Beach Ibiza tiene personalidad propia. Un carácter familiar y animado que invita a desconectar con tus seres queridos. Padres e hijos disfrutan del mar en la orilla que queda a unos pocos metros de la terraza del beach club. Una postal icónica que se repite todos los veranos. We hope your day was full of magic. Este mensaje despide a los afortunados que pasan un día acompañados por una diosa que les sacia de buenas vibraciones: Tánit era la divinidad a quien los púnicos atribuían el don de la abundancia. Por tanto, no fue un capricho bautizar en su honor este beach club con una propuesta gastronómica donde la cocina de mercado y mediterránea se condimenta con toques asiáticos: pulpo asado sobre patató, jamón de Wagyu, linguini con bogavante, lomo de atún salvaje, T-Bone steak… Además de saciar el apetito con sumo gusto, se escucha música muy bien escogida.
Porque si algo proporciona la diosa fenicia es magia. Los niños imaginan aventuras, cuidados por monitores titulados y políglotas en el kid’s corner del beach club, mientras sus padres se tumban en una cama balinesa para saborear un cóctel o, simplemente, para disfrutar de un lujoso día de playa …
La diversión es uno de los elementos principales de este beach club que se ha convertido, además, en el escenario de referencia para celebrar eventos en Ibiza. Pueden ser grandes celebraciones privadas como bodas (los clientes vuelven a casarse al lugar donde fueron felices) o reuniones más pequeñas (cumpleaños, aniversarios, cenas de amigos…). En los últimos años, Tanit Beach Ibiza se ha convertido en la localización ideal para organizar eventos MICE, un segmento al alza. Las comidas que culminan un viaje de incentivos, las presentaciones de producto y otros encuentros empresariales adquieren un color diferente allí.
Porque si de algo estamos seguros es que este rincón hace que el reloj deje de dar las horas. Y, no hay mayor lujo, que encontrar un lugar donde detener el tiempo.
#3 1742
1742 ha conseguido entrar en La Guía MICHELIN España y Portugal 2023 apenas un año después de haber encendido los fogones del Palau Bardají. Este edificio señorial, construido a mediados del siglo XVIII en Dalt Vila, ha sido la inspiración para la aventura que ha emprendido Nassau Group de la mano de Edwin Vinke. El chef está aplicando en la isla la misma filosofía que define el espíritu de De Kromme Watergang, el negocio que posee en Países Bajos. En la misma orilla del Mar del Norte defiende dos Estrellas MICHELIN cocinando pescados, mariscos y algas. Vinke aprendió de Gordon Ramsey, quien le encaminó a cocinar con el género propio del territorio donde tuviera sus restaurantes. En Ibiza, carne de cabrito, la roja fresca o las almendras, sandías o patatas procedentes de fincas locales son algunos de los productos con los que Vinke y su equipo han creado un menú degustación de diez platos. La experiencia arranca visitando el milenario aljibe del palacio –ahora, una espectacular bodega que acuna las botellas más codiciadas de Burdeos, Borgoña o Ribera– y termina brindando en el club privado del restaurante o bajo la luna que ilumina una azotea con vistas al puerto. Entre medias, El Mayordomo, un personaje creado ex profeso para que ejerza de anfitrión, guía por los distintos aposentos del palacio a los sesenta comensales. La cena se sirve en una estancia de aire versallesco. Entre las mesas se mueven sopranos que interpretan arias operísticas y en las paredes se proyectan audiovisuales que completan este viaje sensorial. Porque cada plato esconde una historia que merece ser contada.
#4 Casa Munich
Los orígenes de Nassau Group están en Casa Munich. La familia Braun fundó su primer negocio en 1987. Lo hizo en medio de un entorno singular: las salinas de Ibiza. La arquitectura recuerda al estilo con el que se construía antiguamente en la isla: paredes encaladas, ángulos redondeados, techos planos, muros anchos y madera de sabina para otorgar fortaleza y elegancia. Por eso se integra perfectamente en el bosque de pinos que rodea los estanques donde se cosecha la sal, reconocidos como parque natural en 2001 por albergar una biodiversidad impresionante. La intimidad cautivó a las familias y parejas alemanas y neerlandesas y más adelante fueron incorporándose diversidad de nacionalidades, que repetían cada año en Casa Munich, un lugar situado a pocos minutos en coche, en bicicleta o, incluso, a pie de playas como es Cavallet o ses Salines. Ese espíritu se ha mantenido en el tiempo: los desayunos piramidales siguen siendo una
de las joyas de la corona junto a la calma que se respira en unas estancias cuidadas hasta el último detalle y en otros rincones como las piscinas o los jardines. Sin embargo, Casa Munich ha ido ampliando sus servicios. Por ejemplo, con la aparición del bistró, donde se sirve una excelente cocina de mercado. O con los espacios dedicados al bienestar, como el deck donde se practica yoga y sound healing, o el wellness center, donde se realizan tratamientos de belleza, masajes y rituales como el kobido, la reflexología o el reiki. También puede hacer ejercicio físico en la pista de tenis o el gimnasio. Una combinación perfecta para relajarse con estilo.
#5 Cas Costas
Cas Costas fue uno de esos lugares en los que se podía llenar el cesto, matar el hambre y hablar con tus vecinos. Desde que Nassau Group resucitó este histórico negocio, no solamente ha actualizado el concepto de oasis de carretera sino que ha convertido su jardín (donde se programa música en directo varias veces por semana de abril a octubre) y su salón en un punto de encuentro para los ibicencos. Ya sea para un almuerzo de trabajo, una cena de empresa o una celebración familiar o entre amigos, todos los caminos llevan a Cas Costas. Su cocina abre todos los días del año y su propuesta culinaria es un homenaje a la tierra. Vegetarianos y veganos son más que bienvenidos en un restaurante donde se despacha la producción de verduras que crecen en el huerto que la agrupación de payeses Sant Josep en Transición cuida. La carta incluye, además de jugosos entrantes como el pulpo o las gambas a la brasa, exquisitos cortes de carne con un denominador común: su producción se ha basado en los criterios más ecológicos. Desde las piezas de black angus hasta el pollo payés, la materia prima se cocina sobre el calor del carbón vegetal en un horno Josper. Una bodega seleccionada con mimo permite maridar el almuerzo o la cena con vinos de gran calidad pero accesibles para todos los paladares. En invierno, cuando Ibiza cambia el paso, es un placer conversar junto a la chimenea de Cas Costas, un restaurante donde todo el mundo es bienvenido.
#6 Dunes
Join the fun: las puertas de Dunes están abiertas para todo aquel que quiera unirse a la divertida locura que propone este local anfibio. Este clásico de Platja d’en Bossa es, a la vez, un club donde suenan la mejor electrónica y un dinner en el que es obligatorio mancharse las manos al más puro estilo americano. Los cócteles de autor y las shishas que animan las conversaciones de la terraza se mezclan con los costillares untados de salsa barbacoa, las ensaladas césar, las gyozas de sabor oriental, los sándwiches gigantes o las famosas hamburguesas de Dunes. Estos son algunos de los bocados que se pueden cenar en un lugar donde a muchos clientes les gusta tomarse la primera copa antes de seguir su ruta nocturna. Otros, en cambio, saben que es la última cocina de una de las zonas de ocio más animadas de Ibiza en cerrar (sus fogones están encendidos desde las nueve de la mañana hasta las dos de la mañana) y aprovechan el regalo. Son los paladares que llegan a Dunes con hambre y ganas de bailar al ritmo de una sesión de house o alucinar con los espectáculos de acrobacia que ambientan uno de los locales más animados de una isla que siempre tuvo fama de dormir poco durante el verano.