La UD Ibiza ha salido indemne del ciclón de juego y buen fútbol al que le ha sometido Las Palmas y ha conseguido un punto gracias al empate sin goles registrado al final del encuentro, en el que el equipo local ha sido el gran dominador, sobre todo en una segunda parte en la que el conjunto ibicenco apenas la ha olido y su presencia en las inmediaciones de la meta canaria ha sido prácticamente testimonial. Aun así, ha sabido defenderse del despliegue de recursos ofensivos exhibido por su rival, mucho más hecho y con una idea de juego clara y vistosa.
El Ibiza aguantó el tipo durante la primera parte, mientras estuvo fresco y pudo contener al adversario, que empezó fuerte y arrinconó a los ibicencos en su parcela en los primeros compases del choque. Hasta que, mediado el acto, los futbolistas de Javi Baraja se desperezaron y empezaron a tutear al equipo de casa después de haber concedido dos faltas en la frontal muy peligrosas que propiciaron los primeros sustos.
La segunda parte fue un baño de fútbol de Las Palmas al Ibiza en toda regla. Sin embargo, la superioridad no tuvo recompensa. Al grupo canario solo le faltó el gol para trasladar al marcador la superioridad esgrimida en el terreno de juego, donde se hizo con el cuero hasta minimizar a su rival a la mínima expresión.
Los palos, el meta y la falta de puntería y precisión en el último pase salvó al cuadro ibicenco y le permitió sumar un punto en un partido muy flojo en el que su mayor mérito fue el de ser capaz de mantener la portería cero, de saber defenderse de un juego ofensivo bien trenzado y con mucha intención de un Las Palmas que en este partido estuvo negado de cara a gol.
Con este punto, el Ibiza consigue sumar un nuevo punto, este en uno de los campos más complicados del campeonato, el décimo de los últimos quince que ha disputado hasta la fecha. Las Palmas, por su parte, no logra la perseguida victoria, pero se mantiene en el vagón de cabeza de la Segunda División, que se le empieza a quedar pequeña.