La UD Ibiza ha conseguido en El Molinón (0-1) la permanencia en la Segunda División de forma matemática. A pesar de que el objetivo estaba prácticamente asumido, faltaba confirmarlo con un triunfo como el logrado hoy ante el Sporting de Gijón, que, con uno menos desde el primer tiempo, ha tenido la oportunidad de empatar en unos últimos instantes en los que de casa se han ido arriba con todo para tratar de rescatar un punto, algo que al final no ha conseguido por falta de puntería. Tras tres meses sin ganar lejos de Can Misses, el conjunto de Paco Jémez se reencuentra con la victoria como visitante.
El conjunto insular se hizo con el balón nada más comenzar el partido y echó atrás al Sporting, que corría tras el balón sin conseguir arrebatárselo. Producto del dominio visitante, Ekain, tras un buen centro desde la derecha de Cifuentes, remató de cabeza a la red para poner a los suyos por delante cuando corría el minuto 15 de partido.
El Sporting despertó de la siesta que se había tomado en los primeros compases del encuentro, y trató de dar respuesta, pero el bloque ibicenco se defendía bien y no dejaba espacios. En el minuto 24, Manu Molina tenía que ser sustituido tras un choque de cabeza que le dejó, literalmente, noqueado. Tras unos minutos de incertidumbre, el centrocampista recuperó la consciencia, pero tuvo que ser retirado en camilla y sustituido por Appin.
Sin Molina en el campo, el Ibiza perdió la brújula y el timón que éste había manejado a la perfección hasta ese momento y el Sporting vivió sus mejores momentos de juego, con llegadas casi constantes pero ninguna de ellas clara de verdad, salvó en un agarrón dentro del área que le pudo costar un penalti que ni el colegiado ni el VAR consideraron.
Las cosas, sin embargo, iban a volver a complicarse para el cuadro asturiano en el descuento del primer tiempo, cuando el colegiado mostró la segunda amarilla a Pablo Pérez por un salto con los brazos abiertos en el centro del campo que impactó sobre Javi Pérez. Se retiraba el equipo local al descanso con el la cabeza baja tras un mal primer tiempo que podía hipotecar el partido cuando todavía no tiene la permanencia asegurada.
La segunda mitad fue, por momentos, un monólogo de la UD Ibiza, que buscaba el segundo para matar el partido y acabar con la fe del Sporting, que se encomendaba a una contra, una acción a balón parado o a un golpe de suerte para empatar el encuentro y a la defensa en grupo y cerrada para no encajar el segundo.
Y la tuvo el Sporting, pero su gol fue anulado por un fuera de juego al límite que confirmó el VAR cuando quedaba poco más de un cuarto de hora para el final del duelo. A partir de ese momento, los de casa se volcaron en busca del empate y, al menos, uno de los puntos en juego para dar un nuevo paso hacia su objetivo.
En 83, un lanzamiento de falta estuvo a punto de suponer el empate, pero el cuero dio en el exterior de la red de la portería insular. Volvía a creer el Sporting, y El Molinón, en el empate y el público dio el empujón que le faltaba a los jugadores para mirar con confianza hacia el marco ajeno Djuka, en el 88, tuvo la más clara de todas, pero, solo ante el meta, disparó por encima del larguero.