@Noudiari / La Fundación FOESSA y Cáritas han presentado esta semana en Palma el informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en Islas Baleares, del que se extraen datos alarmantes sobre la situación de los baleares. Cáritas advierte que 243.000 personas de las islas están en situación de exclusión social, un 21,5% de la población total. Esto supone que la exclusión afecta a 1 de cada 5 baleares.
Estas cifras posicionan a las Baleares como la tercera comunidad autónoma con más exclusión de toda España, solo lo superan Canarias y Extremadura.
La vivienda es la mayor propulsora de la desigualdad en las islas y más del 27% de la población se ve afectada por el acceso a una vivienda digna.
Otro de los factores que influyen es la temporalidad en el ámbito laboral, que genera trabajadores pobres y excluidos. Un 19’6% de los trabajadores están en situación de exclusión, un 8,6 % en pobreza severa.
Además, la conflictividad social ha aumentado del 5,1 al 13,6 % en los últimos cinco años.
Del citado informe se extrae que la salida de la crisis económica y laboral no ha ayudado a mejorar la vida de muchos ciudadanos de Baleares. El secretario técnico de la Fundación FOESSA, Raúl Flores, ha apuntado que la exclusión social en las Islas se ha enquistado formando la denominada sociedad estancada.
De las 243 mil personas en exclusión en Baleares, hay 98.000 que se encuentran en situación de exclusión social severa, siendo el grupo más vulnerable. Son personas y hogares sobre las que se ceba la desigualdad y precariedad en sus diferentes formas: vivienda insegura e inadecuada, paro persistente, precariedad laboral extrema y su invisibilidad por los partidos políticos. Y en este bloque, encontramos 38 mil personas a la que el informe denomina la sociedad expulsada, que únicamente se preocupan de poder sobrevivir día a día.
El informe también da una buena noticia: la recuperación económica y del empleo ha permitido que 34.000 personas en Baleares hayan abandonado el umbral máximo de la exclusión. La sociedad integrada (aquella que no tiene dificultades para tener una vida digna) ha mejorado pasando a representar un 43% de la población, pero dentro de esta franja se está produciendo una grieta por su base: un grupo de 211 mil personas que, a pesar de que están en el espacio de la integración, se encuentran en una situación de inseguridad, siendo los primeros en incorporarse al espacio de exclusión si se produce una desaceleración económica.
Baleares es el lugar en el que más ha crecido la desigualdad entre pobres y ricos
Baleares está entre las comunidades españolas y europeas donde hay mayor desigualdad en términos de renta, y es que la renta media en Baleares se ha incrementado un 11% en los últimos 10 años, pero esta subida solo ha sido del 0,6% entre la población con menos ingresos, siendo este uno de los resultados de salida de la crisis basada en el crecimiento del empleo de baja calidad.
El 21,5% de la población balear vive situaciones de exclusión, de los cuales el 8,7% sufre pobreza severa y el 12,8% pobreza moderada. En el cómputo nacional, Baleares es la tercera CCAA con más exclusión, después de Canarias (29,1) y Extremadura (23,2). Aun así, el índice de exclusión severa en Baleares es superior a la de Extremadura.
Perfiles sociodemográficos de la exclusión en Baleares
Los hogares que registran tasas de exclusión más elevadas son aquellos que la persona sustentadora principal tiene menos de 30 años (32%), sin estudios completos (29%), desocupada(80%) y su origen es de algún país extracomunitario ( 47%), con un hogar con menores (27%) especialmente monoparental (37%) y de familias numerosas.
De estos datos, Raúl Flores ha apuntado que se consolida la mayor exposición a la exclusión de familias con niños, y ha recalcado que “la pobreza se hereda, es una marca de transmisión intergeneracional, y si en la niñez has tenido una situación de dificultad económica, la situación de riesgo de exclusión se duplica en la edad adulta”.
Además, la probabilidad de estar en el espacio de exclusión es mayor para las personas de nacionalidad extranjera. Solo el 21% de la exclusión social en Baleares es de fuera de la UE. Muchas personas están instaladas en el miedo ante una sociedad del descenso y la pérdida de estatus. “Es importante y urgente establecer una conversación cívica con los que sienten miedo hacia la inmigración, comprender sus razones, pero explicarles el significado de la hospitalidad”, ha remarcado el secretario técnico de FOESSA.
Gasto en Protección Social
Las Islas Baleares también se caracterizan por un gasto en protección social inferior a la media española. El gasto medio anual en las Islas Baleares por el conjunto de las administraciones públicas en el ámbito de la protección social asciende a 2.840 euros por habitante, de los cuales el 78,8% fueron financiados por la Seguridad Social, el 11,1% por la administración central, el 7,2% por las corporaciones locales y el 2,8% por la administración autonómica. El gasto público en prestaciones sociales está en las Islas Baleares algo más bajo que el que se realiza en el conjunto de España, donde el gasto medio en protección social ascendió en el periodo analizado a 3.215 euros. Si bien el gasto de la administración central – 316 euros ante 288 en el conjunto de España- y, especialmente, el gasto local son más elevados, el gasto de la Seguridad Social y, en mayor medida, el gasto autonómico, son mucho más reducidos.
Participación Social y Políticas públicas
El informe FOESSA constata una pérdida de la calidad de nuestra democracia. En Baleares solo un 21% muestra un interés en la participación política, un porcentaje que baja al 6’2% si son personas en situación de exclusión social.
La mayoría de la población continúa apostando por el Estado del Bienestar como mecanismo de protección social y 3 de 4 personas de las Islas optaría para tener más prestaciones y servicios pagando más impuestos, un dato que está por debajo del conjunto de España.
Para finalizar, Raúl Flores ha recalcado que la reflexión que sale después de los resultados del informe FOESSA en Baleares es que estamos en una “sociedad desvinculada, donde cada vez es más difícil hacerse cargo de las personas que quedan atrás, y por eso necesitamos revincularnos, y la construcción de comunidad tendrá una papel esencial”.
Lo que no entiendo es que, si tanto riesgo de pobreza hay en España y Baleares, por qué estas organizaciones siguen defendiendo la llegada de más pobres cuando debería ser justo al revés.
Cuando 3 de cada 4 personas dicen que querrían pagar más impuestos a cambio de más servicios, lo que quieren decir que quieren que otros paguen más para que ellos tengan más servicios. Yo lo que me pregunto es si no sabría utilizar mejor los 2840 euros que el sector público gasta en «protegernos», mientras que a Cáritas le parece poco.
No pasa nada campeón, ya lo comprenderas!…
Con mirar para otro lado listo!
No? Es de esta forma,como no vemos lo que ocurre desde hace mucho tiempo.
Consumir, consumir y más consumir… Y como no me pasa a mí… No?
O se empieza a cooperar con los más necesitados, o se empieza a cooperar con una lógica para todos, o nos vamos literalmente a la mierda…
Ésto por cierto es un echó bien contrastado.