Un profesor de instituto de catalán tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados por realizar propuestas sexuales e intercambiar mensajes subidos de tono, incluidas imágenes, con al menos cinco alumnas menores que tenían entonces entre 14 y 16 años.
La sección segunda de la Audiencia Provincial de Palma inicia los trámites del juicio este martes a partir de las 9:45 con una vista previa.
La Fiscalía de Baleares lo acusa de tres delitos de corrupción de menores, tres de exhibicionismo, dos de embaucamiento y un delito leve de coacciones.
Pide para él una pena total de 16 años y medio de prisión, otros seis de libertad vigilada y órdenes de alejamiento de entre tres y seis años de las menores, así como el pago de 5.400 euros de multa e indemnizaciones para cada una de las chicas que suman un total de 32.000 euros.
Según el escrito del Ministerio Público, durante el curso 2020-2021, el profesor, que ahora tiene 35 años, entabló relación, entre otras, con tres alumnas de 15 y 16 años a las que sacaba de clase y con las que tenía conversaciones que acababan tratando sobre sexo.
A las tres les hizo comentarios sobre el tamaño de su pene y les dijo que había tenido relaciones con otras alumnas menores de 16 años en los centros en los que había trabajado antes.
También les aseguró que su comportamiento influiría en la nota de la asignatura, que podrían aprobar sin estudiar y sin hacer todos los exámenes, y les ofreció llevarlas a su casa en Mallorca y, a dos de ellas, realizar un trío.
La tercera, con quien hablaba por redes sociales, accedió a mandarle una foto en tanga, a lo que el profesor respondió con una imagen desnudo. El último día de curso amenazó a la adolescente diciéndole que si contaba algo colgaría su foto en internet.
También a través de redes, el acusado intercambió mensajes de carácter sexual con otras dos alumnas de 14 y 15 años, a las que mandó sendas fotos en ropa interior con una erección y de su pene.
EFE
Me alegro de que las chicas se hayan atrevido a denunciar, y que puedan seguir con su vida tranquilamente.
El que debería avergonzarse es el profesor, al que por suerte sí que se le arruinará la vida.