Laura Ferrer Arambarri /
La Vanguardia: ¿No se siente un poco responsable del estropicio de Ibiza?
Ricardo Urgell: Hace dos semanas estuve en Muermorca.
¿…?
Ricardo Urgell: Es como llamo a Menorca, que es muy aburridita. En contrapartida, Ibiza se ha determinado con un criterio totalmente fiestero, pero sólo el 30% de la isla, el resto se mantiene. Hay una parte quemada por el exceso de éxito, realmente la golfería vende mucho.
Este es un extracto de una entrevista a Ricardo Urgell, por entonces pachá del imperio Pachá, en La Contra de La Vanguardia en el año 2012.
Menorca era para Urgell una isla-muermo frente a la chispeante Ibiza.
Este año, esta Ibiza sin discotecas es un poco la Muermorca de Urgell. ¿Cómo la rebautizaría el empresario? ¿Aburribiza? ¿Soporíbiza?
Ser aburrido no vende mucho pero yo lo reivindico. Las personas aburridas, introspectivas y muermazas, entre las que me incluyo, tenemos nuestro punto y somos fáciles de mantener. Con un libro, un sombrajo y un vaso de agua echamos la tarde. Hemos pasado muy bien el confinamiento. Nos lo pasamos muy bien con los chispeantes, pero nos cansa mucho serlo porque no lo somos ni falta que nos hace.
Esta Ibiza que no pasa de la segunda marcha, como en la canción de Friends (It’s like you’re always stuck in second gear), nos gusta más que la de los ridículamente potentes ferraris con chicas desnudas sobre el capó; la de las prostitutas de lujo, los dealers y la falsedad más absoluta; el ocio de cartón piedra y selfie.
[A los aburridos] Esta Ibiza que no pasa de la segunda marcha, como en la canción de Friends (It’s like you’re always stuck in second gear), nos gusta más que la de los ridículamente potentes ferraris con chicas desnudas sobre el capó; la de las prostitutas de lujo, los dealers y la falsedad más absoluta; el ocio de cartón piedra y selfie.
En Muermorca me lo he pasado muy bien. Tiene la clase de ocio que me gusta. Aunque puede que se quede corta en algunas cosas. No existe la sociedad perfecta. Y a las pruebas del patinazo de Ciutadella en Sant Joan me remito.
Ibiza tiene que aprender cosas de su hermana Muermorca y ser un poquito más Aburribiza para atraer a esos turistas que saben que no hay mayor lujo que pasar un día en un mar de cristal y que no hay mejor diversión conversar y echar unas risas reales con tus amigos o familia.
Aprender que a veces menos es más y que no hay motivo de alegría en batir cada año el récord de llegada de turistas en el aeropuerto.
Estoy convencida de que, de esta crisis, Menorca va a ser la isla que va a salir con menos vaivenes porque es la isla balear que menos depende del turismo.
La isla comenzó a abrirse a ese sector mucho más tarde que Mallorca y que Ibiza porque ya tenía previamente dos industrias potentes que le permitían vivir muy dignamente: el calzado y la agrícola. Y no las abandonaron por el turismo. Ahí siguen.
Digamos que la isla y sus habitantes se saltaron la fiebre del oro y han sabido ver más allá. Sus playas cuidadas, vírgenes y sin explotar te dejan con la boca abierta. Saben que la naturaleza que tienen es un tesoro. El verdadero tesoro no está en la cuenta bancaria.
La economía de Muermorca siempre crece a ralentí y maneja cifras más discretas que las de Mallorca e Ibiza porque no se venden champanes a 40.000 euros. Pero es que no les hace falta porque creo que no les mueve la avaricia sino el vivir razonablemente bien y tranquilos. Y punto.
Aprendamos algo de Muermorca. Reivindiquemos como algo positivo eso que Urgell dijo para remarcar lo ‘aburridita’ que es la isla. Porque hasta el señor Urgell ya reniega de la noche de Ibiza, de sus djs malcriados y sobrecotizados, de sus pistas de baile masificadas en las que nadie baila y del encanto que perdió ya no se sabe ni cuándo.