@LauraFArambarri / Ibiza está muy presente en la vida y en la obra del poeta leonés Antonio Colinas (La Bañeza, León, 1946), Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y residente en la isla durante dos décadas. Por eso el escritor Alfredo Rodríguez (Pamplona, 1969) ha elegido una acuarela de Dalt Vila como motivo principal de la portada del libro La plenitud consciente (Editorial Verbum) en el que ha recopilado las entrevistas más significativas que ha concedido el leonés desde 1995. Rodríguez sintió la necesidad de recoger todo este material en un libro: “Uno veía que existían por ahí gran cantidad de entrevistas, conversaciones y testimonios del poeta, que estaban un poco diseminados por mil sitios: en libros, en revistas, en artículos de periódico, en programas de radio o de televisión, en internet, Youtube, etc… Quise recoger todo ese material en un libro, unificarlo todo. Un libro que fuera dirigido sobre todo a lectores iniciados en su obra, que son muchísimos, miles, pero también a cualquiera que amase la poesía”, relata.
Nos ha llamado mucho la atención la elección de una acuarela de Ibiza como imagen de portada para el libro en el que selecciona entrevistas de Antonio Colinas. Siendo como es un poeta leonés, afincado en Salamanca y que ha vivido en Italia también, ¿por qué precisamente Ibiza?
Bueno, Antonio Colinas ha vivido en Ibiza veintiún años de forma continuada, hasta 1998, y luego ha vuelto todos los veranos hasta el presente. Aún mantiene su casa. Allí es precisamente donde le conocí en el verano de 2008 en su casa de la localidad de Jesús. Además Ibiza, la ‘Ibiza esencial’ como él la llama, está muy presente en toda su obra, no sólo en muchos de sus poemas, explícita e implícitamente, sino también en su obra en prosa, sobre todo en sus Tratados de armonía, o en libros autobiográficos como Los días en la isla o sus recientes Memorias del estanque, pero también en sus libros de ensayo, como Rafael Alberti. Seis semanas del verano de 1936, Pere Alemany, la música de los signos, Pintores de Ibiza y Formentera, Ibiza, la nave de piedra, o Ibiza/Eivissa: dos símbolos.
¿Hay una presencia notable de Ibiza y de Formentera en las entrevistas que ha recopilado?
Sí, claro. Esos largos años pasados en Ibiza supusieron una experiencia muy viva para él, llena de iniciación y de aprendizaje interior, según cuenta en el libro. Además eran unos años en que viajaba poco, y dice que aquel aislamiento suponía subsistir, mantener su independencia. A Colinas le interesa más la Ibiza interior que la costera, una Ibiza que se conoce menos, autosuficiente. Esa es la ‘Ibiza esencial’ de la que él tanto habla, la Ibiza del microcosmo de la casa payesa, del mundo campesino, de los bosques, de la arqueología. Él ha cooperado a difundir una imagen de Ibiza distinta del cli¬ché. Y esa es la Ibiza que ha llevado consigo a todos los lugares a los que ha ido. Y qué decir de Formentera: guarda la esencia de lo que un día llegó a ser Ibiza.
¿Cómo se acomete una empresa tan complicada como la de seleccionar entrevistas de un autor tan entrevistado, valga la redundancia, con una carrera larga, prolífica y llena de premios?
Ha sido un placer inmenso, he disfrutado mucho, porque soy lector de la obra de Colinas desde siempre y eso ha facilitado mucho las cosas. En realidad, más que seleccionar propiamente lo que he hecho ha sido recopilar, reunir, casi exhaustivamente. Es un libro con el que he aprendido mucho. Se hace muy ameno en su lectura, se deja leer fácilmente. Diría que son como unas segundas memorias de Antonio Colinas, porque las entrevistas van ordenadas cronológicamente y se va viendo la evolución de todo.
¿Ha encontrado coherencia (más bien una idea de continuidad) entre las ideas y reflexiones del Antonio Colinas más joven y del más actual?
Sí, claro. Colinas es Colinas desde siempre. Con los años se va reafirmando en una serie de conceptos clave, que están muy presentes no sólo en su ingente obra, sino en toda su filosofía de vida. Eso se ve muy bien en este libro. Hay unos cuantos temas que son como columnas indestructibles en toda la literatura coliniana, que es tanto como decir en su propia vida.
¿Qué es lo que le ha llamado más la atención de las entrevistas? Tal vez algún tema en el que Antonio incida más, que le preocupe más… Me viene a la cabeza ahora su reivindicación contra la penalización por obtener ingresos por la actividad creadora y, a la vez, cobrar una pensión.
Sí, ese es un tema que le preocupa mucho últimamente, pero que parece que ya se ha resuelto o se va a resolver felizmente. Era un tema de justicia. Pero sí, me han interesado muchos temas que aparecen en el libro: sobre todo el sinónimo cultura-vida que para él siempre ha supuesto la experiencia cultural; su afán de buscar la misma verdad en todo cuanto ha leído, una especie de hilo conductor; su valiente independencia, que le ha traído satisfacción pero también algunos problemillas; sus tesis sobre lo qué ha de ser poesía verdadera (eso que dice de que el poeta tiene que luchar siempre por ir más allá, y que la palabra relampaguee) y lo qué no, que comparto plenamente; todo el tema importantísimo de la búsqueda de la armonía, de la plenitud de ser, de la respiración consciente, del silencio sonoro y creador; en fin, muchas cosas, la lista sería interminable…
¿De qué período y de qué fuentes se nutre el libro?
Pues abarca desde 1995 hasta el verano de 2016, justo después de recibir Antonio Colinas el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Hay muchísimos entrevistadores. No sólo periodistas, nacionales y extranjeros, de diferentes medios (prensa escrita y digital, radio, televisión) sino también profesores, escritores y poetas (como José Luis Puerto o Juan Antonio González Iglesias). Hasta uno mismo le hace una larga entrevista al final del libro justo después de haber leído con emoción sus Memorias del estanque.
Me imagino que hay entrevistas ‘del momento’, propiciadas por la publicación de un libro o por un premio, y otras más atemporales…
Sí, pero en todas ellas Colinas deja caer alguna perla, alguna frase que a uno le enriquece, alguna palabra que le lleva a pensar, a plantearse o replantearse cosas, a buscar con ahínco libros, a querer iniciar viajes, a amar aún más la poesía…
El libro acaba de salir al mercado, ¿qué recorrido que tendrá este año?
De momento lo presentaremos en Salamanca, el día 29 de Abril, en la ‘Sala de la palabra’ del teatro Liceo, junto con el otro libro que ha publicado también la editorial Verbum, la antología poética Donde atisbé la luz. Estaremos también presentando el libro el 1 de junio en la Feria del Libro de Madrid con Antonio Colinas. A mí me encantaría presentarlo en Ibiza este verano. Sería magnífico. No hay prisa. Creo que es un libro de largo recorrido, un libro que está llamado a ser importante en un futuro en la bibliografía de Antonio Colinas.
Por cierto, ¿quién es el autor de la acuarela de la portada?
Rubén de Luis, un pintor de Madrid, especializado en cuadros al óleo y acuarelas de paisajes y marinas. Vi un día esa acuarela del Dalt Vila y me enamoró. Me gustaría comprarla pero creo que ya está vendida. En realidad soy un enamorado de Ibiza, voy para allá todos los veranos desde hace años.