José Manuel Piña / Muchos disfraces infantiles, mucha alegría y animación y pocos, muy pocos mariol·los se vieron el Jueves Lardero, primer día del Carnaval 2016, en Vara de Rey. El princippal paseo de la ciudad se convirtió un año más en escenario de esta fiesta en la que, sin embargo, se echó en falta la figura del mariol·lo, ese ser sin sexo definido y aspecto estrafalario. El grupo Passion Dance exhibió su variado muestrario de bailes, y divirtió a los pequeños con sus juegos.
Muchos niños y niñas participaron en los bailes. Posteriormente se celebró un concurso de disfraces y mariol·los. El primero de ellos fue el más concurrido, pero el gran éxito de la jornada lo consiguió la enorme tortilla que preparó un equipo de cocineros de la empresa de cátering El Tirol.
Quinientos huevos se utilizaron para preparar el manjar típico del Carnaval, que repartió el Ayuntamiento de Eivissa en bocadillos entre los seiscientos comensales previstos. Gran expectación y una nutrida salva de aplausos saludó el difícil trance de dar la vuelta a la tortilla, pero el team de cocineros ejecutó a la perfección este capítulo, ayudado, eso sí, por un práctico mecanismo. Esperando, una multitud de personas guardaba religiosamente cola a la espera de tan suculento bocado.
Piratas, princesas, cow boys, caballeros medievales y pequeñas ataviadas con trajes de faralaes tuvieron ese privilegio acompañados de sus padres y mentores, que tampoco pusieron peros a la merienda. Alrededor se habían instalado muchos puestos de golosinas y comida. Vara de Rey fue un año más el lugar más visitado de toda la isla.