EFE / La consellera de Salud, Manuela García, ha asegurado que Baleares acatará el mandato de la obligatoriedad de usar la mascarilla en los centros sanitarios, si se produce, aunque las islas no están en situación de emergencia y pide que cada comunidad pueda actuar en función de su estado epidemiológico.
«Pedimos que las comunidades puedan actuar según su realidad epidemiológica, sobre si el uso es recomendable o es obligatorio», ha reivindicado la consellera, en declaraciones a los medios facilitadas por la Conselleria.
García, que ha advertido de que por el momento no ha recibido ninguna constatación de dicha obligatoriedad, más allá de las declaraciones de la ministra de Sanidad, ha pedido al Ministerio «un protocolo de manera que, en función de la tasa de incidencia o en función de presiones hospitalarias o circunstancias que pueda haber, sean los expertos los que determinen a partir de qué tasa de gripe se puede reiniciar la toma de estas medidas que, de todas maneras, tendrían que ser de forma progresiva».
«Lo único que pedimos es un protocolo para que desde el punto de vista epidemiológico se aplique en las diferentes comunidades», ha explicado la consellera, que solicita que se pronuncien al respecto las comisiones de Alerta y de Salud Pública.
«Si se produce la orden por parte del Ministerio de Sanidad de que las mascarillas sean obligatorias en los centros de salud y hospitales a partir de determinado día, evidentemente, cumpliremos el mandato, pero consideramos que competencialmente es un elemento que nos compete a nosotros y que realmente la situación de Baleares no es para nada una situación de emergencia», ha afirmado.
Según García, ninguna de las comunidades autónomas que se ha opuesto está en contra del uso de la mascarilla, «pero las circunstancias epidemiológicas son las que deben mandar». Ha adelantado que Baleares presentará alegaciones al documento que plantee el Ministerio de Sanidad.
La consellera ha subrayado que en Baleares «no hay un colapso hospitalario», la presión en las UCI tampoco es elevada y «no hay ningún signo de alerta», aunque sí hay presión asistencial porque hay «un número importante de urgencias y atención», propios de la época de gripe y de aumento de las infecciones respiratorias.
García ha comparado la situación de Baleares, con una tasa de 60 casos de gripe por 100.000 habitantes, y de 270 de infecciones respiratorias; con la de la Comunidad Valenciana, donde se puso en marcha la obligatoriedad de la mascarilla en centros sanitarios con una tasa de gripe de 332 y 1.500 de tasa de infecciones respiratorias.
Según la consellera, en Baleares desde el punto de vista técnico, «los epidemiólogos no consideran que sea necesario el uso de la mascarilla». «Tranquilidad absoluta en un período de gripe estacional al que estamos acostumbrados y hacer de esto una pandemia y una obligatoriedad es muy fuerte», ha criticado, la consellera, que ha dicho entender que la obligatoriedad se imponga, «desde el punto de vista ético y moral, a todos los profesionales sanitarios».
Ha llamado la atención sobre el hecho de que el Ministerio de Sanidad no haya hablado de este proceso con ninguna comunidad autónoma, desde el último interterritorial del 21 de diciembre. «Tengo la sensación es que hay una precipitación de hechos que es muy difícil de acatar», ha añadido.
Insiste en que «lo lógico» sería convocar a los órganos adecuados para tomar decisiones, que son la comisión de Salud Pública y la de Emergencias, plantear un documento a las comunidades con 72 horas de antelación y reunir un interterritorial. «Esa es la manera de actuar; todo lo que sea salirse de esa línea, no sé a qué obedece pero me parece que no es correcto», ha afirmado.
«Estamos creando un alarmismo social a la población que no es acorde con la realidad sanitaria en estos momentos», ha advertido y ha incidido en que, en Baleares, no falta ningún suministro y está disponible el material y medicamentos necesarios «para hacer frente a las circunstancias que puedan acontecer».