La presidenta del Govern, Marga Prohens, ha anunciado un plan de choque de 6 millones de euros en los próximos 4 meses con tres líneas de actuación para paliar el impacto de los aranceles impuestos por Estados Unidos sobre las empresas y la economía de las Islas Baleares.
Aunque lo considera una «cantidad importante», Prohens ha manifestado el compromiso del Govern de que «si es insuficiente, se destinará el presupuesto que haga falta», como también pueden diseñarse más medidas de las tres previstas inicialmente.
La cuantía más importante, de 3,5 millones, será un paquete de ayudas a la competitividad y la exportación para asumir los costes añadidos para las empresas que supondrán los aranceles en estos primeros meses y para poder seguir compitiendo, ha detallado Prohens en una rueda de prensa tras una reunión con las organizaciones empresariales y los sindicatos para evaluar el impacto en Baleares de los aranceles.
Además el Govern realizará una inversión extraordinaria de 2 millones adicionales a los ya previstos para la promoción de producto local, sobre todo agroalimentario, a nivel interno y en mercados emisores comerciales de España y países europeos. También se incidirá junto con los consells insulars en hacer cumplir el consumo mínimo de un 3 % de producto local en los establecimientos turísticos que establece la ley balear.

La tercera línea, por 500.000 euros, es para poner en marcha misiones comerciales para abrir nuevos mercados para exportar productos de Baleares, principalmente en Asia y Latinoamérica.
Prohens ha recordado que ya hay «misiones pequeñas, muy específicas» desde las conselleries de Turismo y de Agricultura como la de la semana pasada en Colonia y las de todas las ferias turísticas «aprovechando las sinergias y flujos turísticos» para dar a conocer el producto local y su calidad.
El Govern estudiará los destinos con las cámaras de comercio: «Hay que hacer diana e ir a países interesantes para nuestros productos».
El impacto
Según los datos de la Dirección General de Economía y Estadística, Estados Unidos es el noveno país que importa más mercancía desde Baleares, por un valor durante los 8 últimos años de 312 millones, principalmente de la industria manufacturera, con calzado, jabón y productos alimentarios al frente, destacando la goma de garrofín.
Además es el tercer país del que más importa Baleares, algo que Prohens ha advertido de que «no es baladí» y también tendrá un efecto directo pernicioso.
Los impactos directos serán el incremento de costes de las exportaciones para las empresas que venden a Estados Unidos y el previsible encarecimiento de la cesta de la compra por la inflación que se da por hecha con los aranceles.
Entre los indirectos, Prohens ha señalado que grandes exportadores pueden desplazarse a mercados donde los productos baleares están consolidados, suponiendo una mayor competencia; puede llegar a Baleares el producto sobrante de otros mercados que no puedan seguir exportando a Estados Unidos; y ha subrayado «el riesgo de una recesión en los mercados emisores, sobre todo el alemán, porque puede repercutir en el gasto turístico».
Ha incidido en la importancia sobre la economía insular del poder adquisitivo de los 18 millones de turistas que llegan anualmente a Baleares.
Ha apuntado a productos como el vino, el queso, y la bisutería de Menorca «que se estaba abriendo camino con no pocas dificultades y que se cierre un mercado supone tener que volver a empezar de cero».
Prohens ha reiterado la petición al Gobierno central de que coordine la respuesta con las comunidades autónomas y convoque una Conferencia de Presidentes.
Ha advertido de que el plan de choque balear solo será efectivo si se suspenden las normas de mínimis de la UE, algo que el Govern volverá a reclamar, pidiendo al Gobierno que defienda su flexibilización, en la reunión de este jueves con el ministro de Economía, y también reclamando directamente a la Comisión Europea porque «es una oportunidad histórica para que escuchen los argumentos de Baleares».
La presidenta aspira a que estas tres iniciativas ayuden durante los primeros 4 meses, mientras se recolocan los mercados.
Sobre las medidas anunciadas por el Gobierno, Prohens ha admitido que Baleares no será el territorio más afectado por los efectos directos pero sí por los indirectos, de manera que dar respuesta solo al impacto directo «es quedarse muy en la superficie» y «puede perjudicar una vez más a Baleares un mercado de 18 millones de turistas con un poder adquisitivo considerable».
Prohens informará este jueves del plan a los portavoces de los grupos parlamentarios y ha abogado por la «unidad y altura de miras» porque la situación actual «tiene que quedar fuera de cualquiera disputa política».
La presidenta ha agradecido el apoyo por parte de los agentes económicos al plan de choque y «la voluntad de ir de la mano» para analizar «esos retos que vienen de Estados Unidos y cómo convertirlos en oportunidades para las islas» y sus productos, porque «ante políticas tan perjudiciales no caben diferencias, sino la suma de esfuerzos y de compromiso».
La presidenta de la patronal CAEB, Carmen Planas, ha agradecido la respuesta rápida del Govern, y los principales sindicatos han pedido que las ayudas redunden en el mantenimiento de los puestos de trabajo.
Desde Cooperativas agroalimentarias, la presidenta Jerónima Bonafé, ha señalado que si bien la incidencia exportadora de momento no es significativa «cuesta mucho abrir mercados, años e inversiones, y una vez se cierra un mercado es muy difícil volver a abrirlo». Cree que el plan será «un buen respiro para muchas empresas» en «el momento oportuno».
El presidente de Asaja Balears ha afirmado: «Hemos de parar el golpe, especialmente para los vinos, quesos y el ginet».
EFE