Después de veinte años de presencia de las serpientes invasoras en la isla de Ibiza, el Institut d’Estudis Eivissencs (IEE), que coordina a voluntarios y encabeza la campaña SOS Sargantanes, considera que la situación ha llegado a un punto de no retorno en gran medida por la falta de medidas contundentes por parte de las administraciones públicas.
En un duro comunicado dirigido a sus socios y a sus más de 500 voluntarios lamentan que «las actuaciones de los organismos públicos con competencias medioambientales no han sido lo suficientemente acertadas, y por eso en el año 2024 la situación es casi irresoluble».
Recuerdan las tres medidas que han planteado casi desde el primer momento para resolver la situación y que son cerrar la puerta de entrada de las especies invasoras mediante controles portuarios (en parte resuelto en la ley RD 1/2023 de protección de la fauna autóctona, pero que llega con veinte años de retraso y pocas garantías de que se cumpla, lamentan); establecer tareas de trampeo generalizado y estratégico en todo el territorio, con repartos masivos de trampas y ratones gratuitos, además de idear zonas de reserva de sargantanas, del tipo «arca de Noé», en diversos lugares de la isla de Ibiza. «Todavía estamos a tiempo de hacerlo y no perder el patrimonio en biodiversidad que representa la especie Podarcis pityusensis», afirman.
Sin embargo, a día de hoy y a falta de esas medidas serias, contundentes y generalizadas, aseguran que la serpiente de herradura Hemorrhois hippocrepis «está presente en todo el territorio de la isla de Ibiza».
Los estudios faunísticos que se están realizando, y las declaraciones de diversos responsables políticos autonómicos de medio ambiente aseguran que, por ahora, es imposible la erradicación y que hay que considerar que las serpientes «han venido para quedarse». Es decir, «actualmente no estamos en un escenario de contención de una especie invasora, sino que hemos pasado al escenario de control de plaga«, alertan.
«En 2019, momento en que se estructuró la red de voluntariado SOS Sargantanes (voluntariado sin ningún intercambio económico para que la distribución de trampas, ayuda mutua, ratones, aprendizajes, información, etc., fuera lo más fluida posible), quizás aún se podía establecer una estrategia de erradicación de las serpientes movilizando a toda la sociedad ibicenca para gestionar miles de trampas», recuerdan.
Entonces, el Institut d’Estudis Eivissencs, mediante el voluntariado SOS Sargantanes, propuso a las autoridades locales y autonómicas «el reparto masivo y gratuito de trampas entre la población rural debidamente informada, entrenada y acompañada». Pero esta iniciativa se vio dificultada «por la falta de trampas gratuitas suficientes para todos los ciudadanos que voluntariamente querían gestionarlas y también por un reparto no siempre ágil que no permitió que llegaran a toda la población interesada».
Hace cinco años era un momento de alerta general, y así lo explicaron a la ciudadanía que lo entendió perfectamente y respondió masivamente pidiendo participar de alguna manera en hacer frente a una emergencia tan inesperada, pidiendo trampas para instalar en su terreno y cuidando al ratón que hace de cebo como una mascota más de la casa.
Pero el voluntariado ciudadano es una actuación puntual en el tiempo, advierten. «Se puede recurrir a la participación ciudadana en un momento especial, pero no indefinidamente. Mientras dura el tiempo de alerta tenemos la esperanza de revertir la situación con la participación de todos, pero cuando deja de ser una emergencia y pasa a ser una situación ordinaria, es la administración competente quien debe gestionar esta nueva realidad. Si las serpientes han venido para quedarse es la administración quien debe afrontar su control», aseveran.
En les Illes Balears, esta función recae actualmente en el Consorcio de Recuperación de la Fauna (COFIB), empresa mixta público-privada que nació en 2004 para actuar sobre la fauna de Mallorca, y que posteriormente externalizó su actuación para las otras islas en la empresa veterinaria Fundación Natura Parc.
«Un servicio público lo pueden realizar trabajadores públicos, pero también se puede externalizar en una empresa privada. Ahora bien, en este caso, es imprescindible que haya un control, autorizado y externo a la empresa, de la tarea que se debe realizar. Especialmente, cuando se actúa sobre un bien patrimonial común e intergeneracional como es el medio ambiente«, alertan desde el IEE.
«Es una garantía de buenas prácticas que las actuaciones que se hacen en el medio ambiente, como el control de fauna, estén bajo la vigilancia de la comunidad científica competente y no de la misma empresa privada que la lleva a cabo«, añaden.
Recuerdan, en este sentido, que el país hay diversas entidades científicas competentes en este tema (como la Asociación Herpetológica Española o el CSIC —que tiene centros en Mallorca, como el IMEDEA) que pueden asumir esta tarea supervisora, además del mismo funcionariado del Govern de les Illes Balears.
«La administración autonómica ha delegado (y relegado) sus funciones en actores externos, y es el momento de que sean los técnicos medioambientales los responsables de toda la gestión de la fauna salvaje; y que el control, seguimiento y evaluación lo realicen científicos independientes de las empresas que realizan esta gestión. También es el momento de asumir la responsabilidad de que la largatija Podarcis pityusensis es una especie en riesgo de extinción y afrontar todo lo que implica su salvaguarda«, añaden.
Desde el IEE, entienden que la función que ha hecho hasta ahora la red de voluntariado SOS Sargantanes ha sido de gran valía, «pero que se debe actualizar».
«Las necesidades de ayuda y de suministros las deben asumir a partir de ahora las administraciones públicas, y a ellas se deberían dirigir todos los ciudadanos. Ahora ya corresponde a los ayuntamientos y al Consell facilitar el reparto de trampas y de ratones. Con todo, desde SOS Sargantanes continuaremos acompañándoos y compartiendo información mediante el correo electrónico sargantanes.eivissa@gmail.com «, concluyen.
Y dingun político que dimite.jajajjajjaj
Se podía haber controlado el puerto y adecuar una zona para dejar un tiempo árboles etc. Desde Ibiza no se puede sacar ni una rosa cortada de tu jardín y oh sorpresa aquí entra absolutamente todo…aunque genere un grave problema ambiental…somos idiotas o qué? Todo para qué los holandeses, alemanes puedan plantar olivos en su jardín? Es tan absurdo….y aquí no pasa nada. Responsabilidades? Dimisiones? Responsables de medio ambiente?