La venta del Valencia al empresario de Singapur Peter Lim por parte del entonces presidente del club, Amadeo Salvo, hoy máximo responsable de la UD Ibiza, y el desplome del equipo valencianista en la clasificación -en posiciones de descenso a Segunda División-, motivaron ayer una manifestación en las afueras del estadio de Mestalla en la que la afición ‘che’ culpó, una vez más, a Salvo de los males que persiguen a la entidad deportiva de la ciudad del Turia desde su mandato.
Los seguidores del Valencia siguen atribuyendo al actual presidente del Ibiza la mala gestión que se hizo en aquella época en el club, que estaba acuciado por las deudas, y así lo dejaron patentes con los cánticos que le dedicaron antes de entrar en el estadio, cosa que no hicieron hasta el minuto 19.
Salvo, que siempre ha defendido que la venta del Valencia era la única vía de supervivencia que le quedaba a la entidad por las cuantiosas deudas que arrastraba, se puso años después al frente de la UD Ibiza, club que, a día de hoy, está viviendo también una muy mala racha de resultados que le mantienen anclado en el fondo de la clasificación de Segunda A.
Tras conducir en tiempo récord al Ibiza de la categoría Regional al fútbol profesional, el presidente del Ibiza, que no gana para disgustos con esto del fútbol, asiste atónito a cómo el proyecto amenaza ruina en su segunda campaña en Segunda mientras agota sus últimas opciones de mantener la categoría.
La UD Ibiza tiene esta noche un partido vital que puede marcar de forma definitiva su futuro inmediato. Recibe a la Ponferradina (21 horas, Can Misses), equipo que, como el insular, ocupa posiciones de descenso pero cuenta con nueve puntos más en la clasificación (18 por 27). El cuadro local necesita sumar los tres puntos en juego para albergar todavía algún tipo de esperanza y no perder prácticamente todas las opciones que le quedan.
Después del pésimo partido jugado en Lugo, penúltimo, donde el Ibiza, a pesar de sus necesidades, no creó una sola acción de peligro ante la meta contraria, el conjunto entrenador por Lucas Alcaraz debe reivindicar la valentía que no tuvo en tierras gallegas e ir decidido y sin contemplaciones en busca de la portería contraria.