@D.V./ Redactar esta sección debería ser considerado como una práctica de alto riesgo. Al menos, eso es lo que he pensado hoy cuando me he tenido que someter a la prueba de beberme el contenido de estas tres latas. En alguna ocasión hemos comentado aquí que los anglosajones tienen una pasión desmedida por los sabores atrozmente dulzones. No obstante, lo de hoy supera todos los límites. Bienvenido al universo de las latas de color rosado, de las cherrys, bienvenido a los líquidos que, tras tragarlos, si te pasas la lengua por el paladar casi rasca el azúcar.
Bienvenido a tres sabores que aquí no se han comercializado, ni falta que hace. Agárrense los machos y griten Assssuuuuucarrrr!!!!
Cocacola Vanilla
La gran sorpresa. Ignoraba que Cocacola comercializase en el Reino Unido una bebida con sabor a vainilla. Confieso que he sentido una curiosidad enorme por probarla y que, al acercar la lata a mis labios, he experimentado la emoción de los grandes momentos. ¡Cocacola de vainilla! ¿Qué demonios me encontraré?
El resultado me ha sorprendido. Punto importante: es Cocacola con sabor a vainilla pero no sabe a vainilla. Sabe a Cocacola normal. Su cata me ha provocado sensaciones indefinibles. Me ha evocado la infancia. Sabe a Cocacola pero es sutilmente distinto, tiene una dulzura más tamizada. Me ha recordado cuando era niño y probaba casi de escondidas, después de mucho implorarlo a mis padres, mis primeros refrescos de cola. Y entonces he tenido una iluminación: Cocacola Vanilla sabe igual que los refrescos de cola de mi infancia. ¿La Cocacola normal sabía igual a principios de los ochenta que ahora? ¿Ha cambiado el sabor con el paso de los años? Por un momento he intentado recordar el sabor a Mirinda Cola pero después he comprobado que Mirinda sólo era de naranja y de limón -al menos en España!-.
Sólo por ejercer de madalena de Proust, Cocacola Vanilla pasa el corte.
7up Cherry
Sabor cereza. Veo la palabra cherry en el envase de una lata y me pongo a temblar. Usualmente, con motivo. En este caso, el refresco no sabe a cereza. 7up Cherry sabe a jarabe para la tos con mucho gas. Es caramelo puro. Además, es un refresco contraproducente porque no refresca ni quita la sed. Al contrario… ¡¡te da más sed todavía!! Su sabor pegajoso se queda adherido a la lengua y casi diría que da dolor de cabeza.
Después de un segundo trago y en pleno mediodía veraniego, confirmo que la 7up Cherry no sólo te da más sed sino que provoca dolor de cabeza. El olor a jarabe se infiltra en la nariz y provoca arcadas. Repugnante.
Dr. Pepper
Según la lata, Dr. Pepper es una “sparkling fruit flavour soft drink”. Bien, sabor a frutas. Es el momento de echar mano de un recuerdo: tengo 18 años y estoy en Londres, es verano y tengo una sed terrorífica. Entro en un colmado y me avalanzo sobre una neverita de refrescos y agarro una lata de color rojiza-marrón que confundo con otra de Cocacola. Abro la lata dispuesto a bebérmela de un trago pero, a los dos sorbos, no puedo evitar un violenta arcada vomitando todo el contenido. Abrumado por esa repugnante mierda ni me entero de un inglés que está a mi lado gritándome y diciendo que soy un cerdo, pero yo todavía no me acabo de creer lo que está sucediendo. Yo no lo sabía, pero había tenido el primer contacto con Dr. Pepper.
El doctor Pimienta no es que sea dulce, es lo siguiente. Es el jarabe para la tos de 7up Cherry llevado a la enésima potencia. Es malo, muy malo, es repugnante. Es salvajemente dulce. Es como beber azúcar a cucharadas. Es algo aberrante. Es algo durísimo. No creo que se pueda combinar con nada. No quita la sed. Provoca arcadas. La bebida del infierno. Es una bebida que exige tipos muy curtidos, paladares a prueba de bomba. Es un jumbo de azúcares y calorías. Es una arma de destrucción masiva. Es Dr. Pepper.
Cata de comida basura para guiris (I) : Las patatas Kettle Chips
Cata de comida basura para guiris (II): Sidras difíciles de beber