@Noudiari/ El lunes 7 de abril a las 16.30h dará comienzo el juicio contra M. N. C. C., el apicultor acusado de ser el máximo responsable del incendio forestal que arrasó con 1.575 hectáreas en la sierra de Morna, al norte de Eivissa, en mayo de 2011. La Sección Primera de la Audiencia Provincial juzgará del 7 al 9 de abril este caso, cuyas consecuencias afectaron gravemente a un Área Natural de Especial Interés (ANEI).
El acusado se enfrenta a una pena de 11 años de prisión, solicitados por la Fiscalía por un delito de incendio forestal grave por imprudencia, ya que el apicultor implicado inició este incendio por un descuido mientras estaba haciendo uso de un ahumador. Según el ministerio fiscal, la imprudencia cometida por M. N. C. C. fue de “especial gravedad”, ya que quemó “una superficie de considerable importancia” e incluso puso en peligro “la integridad física de las personas”.
Indemnización de 232.091 euros
De forma paralela a la pena de cárcel, la Fiscalía también demanda para el procesado una indemnización de 232.091 euros al Govern balear, por los gastos de las labores de extinción de las llamas, así como una multa de 3.600 euros. Esto se suma a las indemnizaciones que la sentencia determinará para los 51 propietarios de fincas que se vieron afectadas por este grave suceso.
El 25 de mayo de 2011, hace poco menos de dos años, M. N. C. C. acudió a una finca boscosa situada en una ladera del Puig de sa Savina para revisar una colmena de abejas provisto de un ahumador. Según lo que argumenta la Fiscalía, el acusado prendió fuego en el interior del ahumador y lo dirigió hacia la colmena «con el más absoluto desprecio de las más elementales normas de prudencia y cuidado».
Diez días para extinguir el incendio
Otro de los reproches del ministerio fiscal hacia el apicultor es que no creara un perímetro de seguridad, que empleara este artefacto dentro de una zona de espesa masa forestal y en periodo estival, cuando se multiplican los riesgos de incendio, y que no dispusiera de agua para sofocar las llamas.
Asimismo, el hombre abandonó la zona sin prestar cuidado a que, tras accionar de forma reiterada el ahumador, varias pavesas saltaron de su interior y se dispersaron por la masa forestal. La envergadura del incendio provocó la evacuación de casi cien viviendas, hasta que se extinguió diez días más tarde, el 3 de junio de 2011, y se convirtió en la mayor catástrofe de esta naturaleza registrada en Eivissa.