@Noudiari / «Por fin un lunes normal. Ya era hora», comentaban esta mañana dos madres en la puerta del colegio Portal Nou después de dejar a sus hijos en clase. «La verdad es que mi hija ya estaba que se subía por las paredes», indica Verónica Gomis, que se alegra de que «por fin» haya empezado el curso, aunque lamenta que «no haya un consenso definitivo» entre profesores y Govern balear y teme que el paro «vuelva a repetirse» en las próximas semanas y se reedite la «incómoda» situación vivida en el arranque del curso escolar. «Los padres y madres estamos de acuerdo con algunas de las reivindicaciones de los maestros, pero no con la huelga, ya que las consecuencias las pagan los alumnos, que son los únicos que no tienen ninguna culpa y que, además, se juegan su futuro», subraya.
Por su parte, Mónica Riquelme, que tiene un hijo de 14 años en el instituto y otro de cuatro en Portal Nou, pide un «esfuerzo» a todas las partes implicadas en el conflicto educativo «para que los niños no vuelvan a estar ni solo un día más sin poder acudir a las aulas». Igual que Gomis, cree que en en la «guerra» entre profesores y gobernantes «se ha tomado a los niños como rehenes» y eso es algo que le parece «francamente mal». «Hay muchas formas de negociar y, aunque entiendo la difícil posición en la que se encuentran los maestros, creo sinceramente que se debe optar por otras medidas en las que los estudiantes no sean los principales perjudicados», dice.
Los padres no las tienen todas consigo y están preocupados por lo que pueda ocurrir de ahora en adelante. Así lo explica Elena García, otra mamá que, «al fin» , espeta, esta mañana ha dejado tranquila a su hijo en el colegio después de tres semanas de incertidumbre que se le han hecho «eternas», afirma. «Me preocupa que los niños puedan volver a quedarse sin colegio. La educación es algo muy importante y un derecho que tienen nuestros hijos que los políticos deben garantizar a toda costa», manifiesta.
Antonio ha llevado hoy a su hijo a clase a Sa Graduada, algo que ha venido haciendo regularmente desde que empezara la huelga, ya que, según explica, en su casa no les «ha quedado otra opción». Asegura estar de parte del profesorado, pero cree que el camino escogido «no es el adecuado». «Soy un trabajador más y respeto el derecho a la huelga, pero creo que debe ser la última opción y una vez agotada la vía del diálogo. En este caso ha sido al revés, primero se ha parado y luego se han empezado a negociar las condiciones», explica.
Lo cierto es que hoy los padres y madres de las Pitiüses se felicitan por el hecho de que sus hijos hayan podido volver al ‘cole’. «Estamos muy contentos, porque tres semanas sin escuela es mucho tiempo para los niños y estoy convencida de que lo que han perdido hasta ahora será muy difícil de recuperar», comenta Sara, madre de dos niños de 5 y 7 años. «Espero que no haya sentido común por las dos partes y que se tenga en cuenta que la educación de los niños es lo más importante, independientemente de las posturas que se defiendan en la mesa de negociación», señala.