Empresas / La pandemia del coronavirus declarada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud el pasado 11 de marzo ha tenido especial incidencia en el sector sanitario, afectado por una presión asistencial sin precedentes y una desprogramación casi total de operaciones y tratamientos en todo tipo de especialidades.
Tras dos meses de confinamiento en los que prácticamente se han atendido solo urgencias, muchos profesionales e instituciones del ámbito sanitario manifiestan ahora, a través de iniciativas divulgativas, su preocupación por la salud de aquellos pacientes que, en el contexto de la crisis del COVID-19, se han visto obligados a aplazar sus tratamientos o bien no han acudido a los centros hospitalarios pese a presentar síntomas de alguna patología seria.
Especialidades como la cirugía maxilofacial, que se ocupa de los problemas relacionados con las estructuras anatómicas de la cara, cráneo, cabeza y cuello –además de complicaciones en la cavidad oral, maxilares y dientes derivados de tratamientos dentales– es quizás una de las áreas médicas que todavía suscita un mayor temor entre los pacientes. La zona sensible en la que se concentra su tratamiento y la proximidad médico-paciente que requiere son los principales motivos que generan esta cierta inseguridad.
Sin embargo, ello no quiere decir que no exista entre la población una preocupación creciente por aspectos tan fundamentales como la salud bucodental. Y es que según datos recientes correspondientes al mes de mayo, una de las búsquedas realizadas por los españoles que ha llamado la atención y se ha convertido en tendencia en la plataforma Google ha sido la de: «abren los dentistas».
Desde el Consejo General de Dentistas han elaborado un completo protocolo de actuación para garantizar la seguridad en la ‘nueva’ normalidad. Desde el ente profesional reconocen que “es una de las profesiones con un contacto más estrecho con los pacientes” y están muy expuestos al coronavirus pero lanzan un mensaje de tranquilidad recordando que el VIH y la hepatitis C marcaron un punto de inflexión en las consultas y los dentistas están muy entrenados frente a enfermedades infectocontagiosas. Así lo constata una encuesta del propio CGD, que afirma que sólo un 2% de estos profesionales se habrían contagiado durante esta pandemia, debido a los altos estándares de seguridad que maneja el sector.
Tanto odontólogos como especialistas maxilofaciales insisten por tanto en que los estrictos protocolos implantados permiten garantizar la atención con la total seguridad de no contraer ni transmitir la enfermedad.
En este sentido, Enrique Vert, cirujano maxilofacial de Grupo Policlínica del Rosario, advierte del riesgo de demorar consultas y tratamientos por miedo a acudir a los centros sanitarios: “Hay infecciones que pueden llegar a ser muy graves e incluso requerir ingreso en UCI si no se tratan a tiempo y de forma adecuada; por tumores, muelas del juicio, o sinusitis crónicas, o por cualquier lesión en la boca que dure más de tres semanas es importante acudir a la consulta para programar una biopsia”, señala. “Las consultas externas y los quirófanos están preparados para atender a los pacientes con los más altas medidas de seguridad”, insiste Vert.
Diagnóstico precoz del cáncer oral
Además, el cirujano Enrique Vert pone el acento en otra enfermedad en la que el tiempo juega un papel fundamental: el cáncer oral. “El diagnóstico precoz es esencial en este tipo de cáncer, ya que el tratamiento puede quedar limitado a una pequeña cirugía”. El tabaco y el alcohol son, según el especialista, las causas de la mayoría de los casos de cáncer bucal.
Vert señala igualmente algunos síntomas a tener muy en cuenta: “El cáncer oral en estadios iniciales duele o, como en el caso del cáncer de labio, parece una pequeña costra que a veces produce un leve sangrado. En el caso de cánceres un poco más avanzados a veces dejan de doler hasta que aumentan nuevamente de tamaño y comienzan a invadir otras estructuras”. En cualquier caso,para diagnosticar un cáncer oral se recomienda realizar una biopsia de tumoraciones o pequeñas ulceras que persisten por más de tres semanas.
Deformidades faciales y problemas funcionales
Por otro lado, las deformidades faciales pueden suponer un problema estético, pero también funcional. Es en este último caso en el que cobra especial utilidad la cirugía ortognática, “cuando hay alteraciones de la oclusión que no se puedan corregir con ortodoncia como mordidas abiertas o grandes discrepancias entre los maxilares por su tamaño o posición”, explica el cirujano. “Son los ortodoncistas los que deben remitir a los pacientes para una valoración previa al inicio del tratamiento, cuando la ortodoncia no puede solucionar el caso o cuando las discrepancias óseas o la sonrisa gingival sean el principal motivo de preocupación para ellos”, añade.
Los pacientes pueden también consultar directamente con un especialista maxilofacial cuando les preocupe el exceso o defecto del mentón, o la poca proyección del labio, entre otras alteraciones además de las de la oclusión.