Cada vez que Begoña Florido coge un taxi en Palma va mirando como corre el taxímetro, angustiada. Espera no toparse con un atasco u otro contratiempo que haga que los euros se vayan sumando. Es una persona enferma y con muy pocos recursos económicos que se ha encontrado con una administración pública que «no ha demostrado estar a la altura» de las personas vulnerables.
No quiere callarse más. Habla por ella y por tantas y tantas personas en su misma situación. Begoña Florido tiene 68 años, vive en el barrio de Ses Figueretes de Ibiza y la mayor parte de su vida laboral (de un total de 30 años cotizados) ha sido camarera de piso en Sant Antoni. Hace ocho años le diagnosticaron cáncer de mama, y, además, está operada de la espalda y de los pies. Camina con bastón y su movilidad es muy reducida. Actualmente cobra una pensión que no alcanza los 900 euros y con eso tiene que pagar el alquiler de 650 euros y todas sus facturas. Ha tenido que recurrir a Cáritas y a Servicios sociales en numerosas ocasiones por su precariedad económica. Tanto es así, que el pasado mes de diciembre la citaron en Palma a una revisión y tuvo que cancelar la cita porque no tenía dinero para desplazarse. Lleva adelantando el dinero de las dietas de comida y transporte terrestre de todos sus desplazamientos desde el mes de mayo y el Servei de Salut no le ha abonado ese dinero todavía. Diez meses adelantando el dinero de comidas y taxis en Mallorca cuando apenas tiene para cubrir sus gastos mensuales. Y no puede más.

Su situación es crítica en lo económico y muy delicada en lo que respecta a su salud, pero ha decidido dar la cara por muchos pacientes que tienen que desplazarse obligatoriamente por su tratamiento de Ibiza y Formentera a Mallorca y que se ven en la «indigna situación de tener que reclamar por esos pagos», lamenta. Sienten que tiene que «mendigar» lo que deberían abonarles de manera, si no inmediata, al menos en unos plazos «decentes». Sus problemas de salud y económicos la han sumido en la depresión, pero ahora ha decidido hablar porque está «harta» de que esta situación no se conozca. Son muchos los pacientes de Ibiza y Formentera que padecen este agravio comparativo.
La ayuda que da el Govern a estos pacientes desplazados es el billete de avión (en este aspecto no ha tenido problemas) y una dieta de 20 euros en comidas (es decir, 20 euros para todas las comidas del día) y 40 euros para transporte terrestre. Begoña no tiene movilidad y no puede ir en autobús, de modo que tiene que ir a Palma con acompañante y después coger taxi del aeropuerto al hospital y vuelta. «Estaría bien comparar estas dietas con la que cobran los diputados de Ibiza o Formentera que deben desplazarse a Palma», apunta Florido. Los datos a los que se refiere son públicos: 60 euros de dieta diarias para comidas si son de Ibiza o Menorca y de 90 euros por día si son de Formentera. A ello se suma el pago del kilometraje o los taxis y aparcamientos que precisen los diputados o diputadas, por un máximo de 300 euros mensuales. Los diputados del Parlament también pueden percibir 175 euros por noche de hotel en Mallorca durante la temporada alta si deben pernoctar en la isla (130 en temporada baja). En cambio, para los pacientes desplazados aparece una compensación de hasta 60 € por persona y día si paciente y acompañante comparten habitación y de hasta 90 € por persona y día si el acompañante pernocta solo porque el paciente está hospitalizado o viaja sin acompañante.
Después de 10 meses sin que le devuelvan nada de lo adelantado, Begoña Florido ha llamado ya dos veces al teléfono de reclamaciones que tienen a disposición los pacientes, «al que solo se puede recurrir si han pasado más de seis meses de impagos», explica, pero por el momento no ha tenido respuesta y ha sabido por otros pacientes que hay muchos en situaciones parecidas o que están recibiendo ahora el dinero de desplazamientos por intervenciones o citas de junio o julio del año pasado.

“Antes de Navidades me llamaron para una revisión y les dije: ‘no puedo ir’. No tenía dinero para pagar esos taxis que necesito y esas comidas fuera de casa. Me perdí una cita. Ahora, en marzo, sigo pendiente de que la reprogramen”, explica a Noudiari. «Yo no podía pagar los taxis y la comida de un día en Palma para dos personas. Hubiese podido hacerlo de haber cobrado todo el dinero en ayudas que llevo adelantado por las citas», lamenta Begoña, con una mirada que mezcla rabia y derrumbe interno. «Te hacen sentir como si fueses ciudadana de segunda. Yo siento que tengo dos luchas: una por mi enfermedad y otra porque no tengo dinero para desplazarme… vivo angustiada», afirma.
Hay que tener en cuenta que muchas citas son a primera hora de la mañana, para un analítica, por ejemplo, y eso supone que el paciente tiene que estar en torno a las ocho de la mañana en Palma. «Hay que madrugar mucho para ir al aeropuerto, llegar en ayunas, y después esperar hasta la tarde para una cita médica a las 16.30 o 17 horas, de modo que, hasta la noche, no estás en casa, en Ibiza, de vuelta», relata Florido. Eso implica que tanto ella como la persona acompañante tienen que desayunar y comer en Palma, como mínimo.
Jacquie Perry, ex presidenta de la IFCC y amiga de Begoña, conoce su caso desde hace años y sabe que no es. ni mucho menos, el único porque afecta a los pacientes que deben obligatoriamente desplazarse a Palma que son muchos y de muchas especialidades.
“Esto es un infierno para estos pacientes y un agravio comparativo gravísimo con respecto a otros ciudadanos de Balears. Viajar enfermo, siendo ya mayor, con problemas de movilidad ya es terrible, pero es que a esto se suma que tienen que mendigar para que les paguen las ayudas a pesar de que, como pasa con Begoña, ha pagado 30 años de Seguridad social”, critica Perry.
«Ella no ha estado nunca enferma antes, hasta que hace ocho años le diagnosticaron el cáncer de mama, y luego ha tenido otros problemas de salud. Merece una atención digna. Entendemos que puedan tardar dos o tres meses en abonar lo que los pacientes adelantan pero no llevar diez meses esperando y no haber cobrado nada de todas las facturas desde mayo», lamenta la ex presidenta de la IFCC.
Más tratamientos en Ibiza
Otra queja que Begoña Florido comparte con otros enfermos y enfermas es que todavía sea necesario desplazarse a Palma para recibir determinados tratamientos o el hecho de que tengan que viajar por cosas insignificantes o que podrían hacerse en Ibiza.
«Me mandaron a Palma para hacer las pruebas para un preoperatorio, que se podrían hacer aquí, e incluso he llegado a ir a Mallorca para una cita para hacer una cura. No tiene sentido», lamenta.
Muchas personas en su misma situación plantean que sería «más humano» que fuesen los doctores los que se desplazasen a Ibiza y no al contrario.
A todo eso se suma que no pocas veces se ha cancelado el primer vuelo de la mañana por mal tiempo, algo que ha pasado también con las barcas de Formentera, de modo que los pacientes se quedan en tierra y pierden la cita. Tienen que regresar a sus casas, esperar otra cita y volver a organizar otro desplazamiento.
Movilización
Llegados a este punto, Begoña Florido ya planea reunir a otros afectados (conoce a varias personas solo en su barrio) y crear una asociación o plataforma para elevar este problema al presidente del Consell, Vicent Marí, y que conozca esta situación. «Creo que realmente se desconoce por completo esta realidad y los retrasos que sufrimos», afirma.

Begoña Florido ha traído a la entrevista todos los papeles y todas las facturas que guarda. También la de una faja especial, que iba del cuello a las lumbares, que tuvo que comprar tras las operaciones que sufrió y que asciende a 350 euros. «Lo cubre la Seguridad Social pero también sigo esperando a cobrar ese dinero», lamenta y, casi con lágrimas en los ojos, dice: «Para mí es un lujo estar enferma. La gente que no lo está no se sabe poner en nuestro lugar. No le deseo a nadie esta sensación, esta angustia e impotencia de que no puedes ir al médico y tampoco el tener que andar pordioseando a las instituciones para que te ayuden. Eso es inhumano», concluye. A día de hoy, para ella, acudir a una cita a Palma supone hablar con una asistenta social para que la ayude. «Incluso he tenido que pedir al banco un adelanto de 200 euros de la paga para poder ir a una cita. Me avergüenza tener que explicar mi situación económica. Si estoy contando esto ahora es porque ya no puedo más», concluye. En este punto, Begoña agradece también el apoyo que ha tenido por parte de la IFCC (Asociación Ibiza y Formentera contra el Cáncer).
La presidenta de la Asociación Ibiza y Formentera contra el Cáncer (IFCC), Gail Fear, confirma que conocen casos como el de Begoña, con retrasos en los pagos de seis meses o más. «Nosotros lo que hacemos es ayudarles, estudiando caso a caso, y adelantamos el dinero de las ayudas que luego nos devuelven, cuando las cobran», explica. Esto sucede con personas muy enfermas o vulnerables para las que el desplazamiento a Mallorca en estas condiciones es muy penoso en todos los sentidos, tanto el económico como el físico. Para Fear, el gran problema es la burocracia y la falta de personal para gestionar las solicitudes. «Intentamos echar un cable siempre que podemos y si alguna persona que lea esto se encuentra en esta situación se puede poner en contacto con nosotras», añade. Este es el enlace: https://www.ibizacancer.com/contacto/
Por su parte, Carmen Vargas, delegada de Aspanob en Ibiza, una asociación dedicada a ayudar a familias con hijos e hijas afectados por cáncer, explica que no conoce casos directamente como los denunciados y que esta asociación ayuda a las familias con media pensión en los traslados para hacerles más llevaderas las estancias, que a veces se prolongan por semanas o meses.
A consultas de Noudiari, desde el Servei de Salut de les Illes Balear indican que los pacientes y acompañantes reciben una dieta establecida en la orden de precios de prestaciones por el coste del billete y por la pernoctación y manutención y, con respecto a los retrasos, aseguran que están en consultas con el departamento de atención al usuario para saber qué ha podido pasar «porque el tema de las dietas está totalmente regulado».
Resumen de las compensaciones por desplazamiento del Servicio de Salud de las Islas Baleares:
- Transporte terrestre:
- 20 € por trayecto entre islas.
- 25 € por trayecto a otra comunidad autónoma.
- Si hay prescripción médica que impide viajar en avión, se cubre el taxi desde el centro asistencial a la estación marítima.
- Si se necesita transporte terrestre adicional para llegar al hospital, se reembolsa hasta el coste de tren (segunda clase) o autobús.
- Transporte marítimo o aéreo:
- El Servicio de Salud puede facilitar billetes directamente o reembolsar los gastos tras presentar la documentación correspondiente.
- Dietas:
- 20 € por persona y día (paciente y acompañante autorizado).
- 20 € adicionales por pernocta (solo para el acompañante si el paciente está hospitalizado).
- Pernocta:
- Hasta 60 € por persona y día si paciente y acompañante comparten habitación.
- Hasta 90 € por persona y día si el acompañante pernocta solo porque el paciente está hospitalizado o viaja sin acompañante.
- Posibilidad de gestionar la reserva sin coste adelantado para el beneficiario.
- Desplazamientos Formentera-Ibiza:
- 15 € por persona para transporte.
- 20 € por persona y día para dieta.
- 10 € de media dieta si hay pernocta (solo para el acompañante si el paciente está hospitalizado).
- La pernocta se rige por las normas generales mencionadas.
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