Un velero con nueve personas de nacionalidad italiana a bordo ha embarrancado aproximadamente a las 10.54 horas de esta mañana de miércoles en las rocas de Cala Saona, uno de los puntos donde el temporal que azota Ibiza y Formentera está arreciando con más fuerza.
Personal sanitario ha acudido a la zona, donde los nueve navegantes han sido atendidos ya en tierra por el Servicio de Emergencias SAMU 061 y derivados a Urgencias del Hospital de Formentera.
Siete de ellos presentan heridas leves o contusiones pero dos son heridos graves. Un varón ha sufrido un fuerte traumatismo en la mano con amputación de un dedo y una mujer sufre un traumatismo grave en una pierna.
Al lugar de los hechos han acudido tres ambulancias, una de soporte vital avanzado y dos de soporte vital básico.
Además ha acudido a la zona un helicóptero de Salvamento Marítimo en previsión de llevar a cabo labores de socorro en caso de ser necesario.
Varias personas, testigos de los hechos, han ayudado a los navegantes a poner su vida a salvo mientras esperaban a los equipos de emergencias.
En las imágenes se ve a los afectados con chalecos salvavidas y encaramados en la parte más segura del velero encallado.
Fuentes de Salvamento Marítimo confirman que también han activado a sus embarcaciones con base en Ibiza y Sant Antoni Acrux y Guardamar Polimnia para ayudar a las numerosas embarcaciones que están sufriendo el temporal «especialmente en la costa Poniente de las Pitiuses«, explican desde Salvamento.
Las embarcaciones socorrerán a navegantes en las zonas de Cala Jondal, Porroig, Es Codolar, en Ibiza e Illetes y Cala Saona, que son a estas horas las que acumulan más avisos de emergencias.
En la zona de Cala Saona de Formentera hay varias embarcaciones embarrancadas en el arenal, tal y como se aprecia en las imágenes inferiores, en las que se ve a personas desembarcando en la playa tras ser empujadas las embarcaciones hacia la cala.
La DANA está castigando a la isla vecina, donde han tenido que cerrar el puerto y embarcaciones han sido arrancadas de amarres y lanzadas contra las rocas del litoral, mientras otras quedaban a la deriva o merced de los vientos en el Estany des Peix.