Amics de la Terra ha criticado hoy con dureza los impactos ambientales y sociales de las nuevas planificaciones urbanísticas que están saliendo a la luz estos días, asegurando incluso que «conducen a Ibiza al colapso».
Se preguntan en un comunicado si alguna administración de Ibiza ha calculado realmente esos impactos ambientales y sociales que implican y recuerdan: «Sant Josep tiene previsto construir 4.264 viviendas más en el municipio; Sant Antoni, 920, y Santa Eulària, aunque no ha hecho públicas sus cifras de crecimiento urbanístico, queda delatada por las grúas que dominan el paisaje del pueblo desde hace años, al igual que en el resto de la isla. Se calcula un aumento de 12.960 habitantes entre Sant Josep y Sant Antoni, sin contar Santa Eulària, Vila y Sant Joan», alertan.
Amics de la Terra lamenta que el agua, «esencial para la vida, no está siendo considerada como un factor limitante» y considera que el motivo detrás de esta omisión «es que los políticos cuentan con la posibilidad de construir más plantas desaladoras». Del mismo modo, «este aumento de población y su consumo de energía eléctrica no se percibe como un problema, ya que el suministro eléctrico parece ilimitado al llegar desde la península, por lo que, supuestamente, no sufriremos las consecuencias directas», indican.
El grupo ecologista da algunos datos para comprender mejor la dimensión del impacto. «Según el Instituto Nacional de Estadística, los residentes de Baleares (sin incluir a los turistas) consumimos una media de 126 litros por persona y día. Extrapolando estas cifras, cada 1.000 habitantes necesitarán 126 toneladas de agua desalinizada al día y 45.990 toneladas al año. Por lo tanto, esos 12.960 nuevos residentes consumirán 596.030 toneladas de agua al año, que se sumarán a lo que ya se consume actualmente», alertan.
En cuanto al consumo eléctrico del proceso de desalinización, «cada tonelada de agua desalinizada requiere unos 3 kWh. Así, el resultado para esos 12.960 residentes adicionales supone un consumo eléctrico (solo para el agua) de 1.788.090 kWh (equivalente a 464.903 kg de CO2 emitido); en definitiva, una cifra aberrante e insostenible en la situación actual», lamentan.
«Es muy preocupante constatar la irresponsabilidad de las administraciones locales y de la isla, que ignoran la necesidad de detener el crecimiento desmesurado y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como los impactos del cambio climático, cada vez más evidentes», añaden.
Critican que «tampoco consideran el aumento en la cantidad de residuos que implicará este crecimiento, el ya deficiente tratamiento de las aguas residuales, la saturación de las carreteras y los recursos adicionales que se necesitarán en una isla que lleva años sobrepasada».
Y concluyen: «Un crecimiento, además, enfocado al turismo y a las segundas residencias, sin resolver la crisis de la vivienda, lo que no hace más que incrementar la sensación de saturación, la inseguridad climática y la pérdida de calidad de vida».