@Vicent Torres / Miles de mujeres, hombres, niños y niñas han demostrado por segundo año consecutivo el músculo del feminismo con motivo del 8 de marzo. La isla de Eivissa, en femenino, la que en contadas ocasiones se pone de acuerdo para ejecutar en la calle las grandes reivindicaciones sociales, ha sido el escenario de una manifestación contundente, espoleada por la aparición en el escenario político de partidos como Vox y por el cambio radical del discurso de los partidos de derechas en relación al feminismo y a la igualdad. Pero, sobre todo, ha sido arengada por la reivindicación de la igualdad en mayúsculas entre los hombres y las mujeres de todas las clases y condiciones.
«Frente al ‘nosotros primero’ planteamos el ‘nosotras juntas’. Y colocamos la vida en el centro», ha clamado el manifiesto, leído por las convocantes una vez que la marabunta ha recorrido las principales calles de la capital ibicenca hasta llegar al paseo de Vara de Rey. Una manifestación con más gente que el año pasado y en la que han destacado un gran número de jóvenes.
Un final pirotécnico y cargado de sentido. Una sentencia que ha sacudido a las más de 4.000 personas que se han apelotonado en s’Alamera y que han recogido el testigo de un paro de 24 horas convocado para reivindicar cuestiones diversas y que convergen todas en un mismo punto: la mujer. La mujer como símbolo de la lucha por la igualdad y por unas conquistas que parecían definitivas y que la absurda verborrea electoral ha hecho poner en alerta a todo el movimiento feminista, que ha respondido con convicción a un nuevo intento de atropello rancio y casposo.
«Con la fuerza colectiva, hemos ido abriendo espacios y consiguiendo algunos cambios, pero no todos ni para todas. Nuestras vidas siguen marcadas por las desigualdades, por las violencias machistas, por la precariedad, por procesos de exclusión derivados de nuestros empleos, la expulsión de nuestras viviendas, el racismo, por la no corresponsabilidad ni de los hombres ni del Estado en los trabajos de cuidados», ha comenzado el manifiesto, leído en una Eivissa que ha visto cómo este año han quedado arrasados la sede de los juzgados, en una funesta metáfora de la falta de medios que tienen a su disposición los Juzgados de Violencia sobre la Mujer.
Una isla que en el año 2018, por primera vez en la historia, tuvo una lista de espera de 44 víctimas de la violencia machista por la falta de personal en la Oficina de la Dona.
«Esto ni empieza ni acaba el 8 de marzo», han recordado, una vez más, las asociaciones que han tenido mayor representación en la cabeza de la manifestación. Porque pensar que la lucha finaliza en un día concreto en el calendario es rebajar la importancia de un problema enquistado en la sociedad, en el imaginario colectivo y que está sirviendo de arma electoral en una época de una gran polarización y con un aumento galopante de la agresividad en los mensajes políticos.
Lemas antirracistas, antimilitaristas, contra la ley mordaza, a favor del aborto y de la igualdad en general se han ido ‘colando’ en un manifiesto demasiado amplio. Críticas a una justicia «patriarcal» y la demanda de que se incluyan leyes para incluir la violencia sexual, sin embargo, también han estado presentes.
Las manifestantes han recordado que Balears es una de las comunidades con la tasa más altas de violencia machista. Un territorio con «recursos para su atención escasos» en el que sobresale Eivissa, con «una situación sin precedentes» en este sentido.
A la concentración han acudido los principales cargos públicos de Podemos y de la Federación Socialista d’Eivissa, con el presidente del Consell de Eivissa, Vicent Torres, a la cabeza, así como miembros del Partido Popular, que no ha apoyado la manifestación como partido, como José Vicente Marí Bosó o Vicent Marí.
Mi más sincera enhorabuena para toda la troupe concentrada en el Parque de la Paz.
Como no hay graves carencias de servicios e infraestructuras en Ibiza, radicales de extrema izquierda, comunistas, gente que hace seguidismo del discurso televisivo, y algún tiracañas de Tinder, deciden dar apoyo al esperpento, ya que es lo que dicta la moda.
Esperemos que los partidos serios de centro-derecha (si alguno queda) no se dejen intoxicar por este tipo de desvaríos sectarios y sin contenido alguno en cuanto a discurso.
Hay problemas realmente graves a nivel político y social a los que hacer frente.
De todos modos quien quiera perder el tiempo haciéndose selfies en el Parque de la Paz es bien libre de hacerlo, pero la política se supone que es algo más serio y racional que este tipo de batucadas callejeras de marcado carácter adolescente.
Una generación más y los que piensan como tú habrán desaparecido. Y el mundo será mejor, ¡te lo aseguro!
para política seria la de Trump, verdad FORÇA_TRUMP?