@L.Aversa/Cáritas Diocesana de Ibiza y Formentera ha llevado a cabo una encuesta para cuantificar y determinar el perfil de los afectados por la falta de vivienda. La encuesta está incluida en un informe más amplio en el que se denuncian todo tipo de situaciones abusivas y de exclusión social que provoca esta grave problemática de la isla.
La decisión de elaborar la encuesta se ha adoptado en el III Encuentro de Agentes Sociales de Cáritas celebrado el pasado mes de diciembre, y se realizó en base a cuestionarios que respondieron 50 personas que se acercaron a la entidad a pedir ayuda mediante el programa de acogida. A este estudio se le sumarán los resultados de otros programas de la entidad y de los propios ayuntamientos.
Maite Barchín, trabajadora social de Cáritas, ha explicado que los datos son provisionales, pero que pueden dar una idea de la gravedad del problema. «Tener una vivienda es algo más que cuatro paredes. Es un lugar del que salir por la mañana y al que volver por la noche, y donde reestucturarse como persona», ha señalado.
Los resultados
Entre los resultados que arroja la encuesta, hay que destacar que el 61% de los afectados tienen cargas familiares, el 63 % de las personas están en el tramo de edad entre 25-55 años, el 66% son mujeres y el 63% está en la isla por motivos de trabaja.
Otro dato significativo es que el 40% lleva más de 10 años como residente en la isla.
Además, el 56% de los afectados alquila habitaciones y el 29% alquila pisos.
Otros datos apuntan que los pisos tienen menos de 100 metros cuadrados y que el 37% de las viviendas tienen más de cuatro ocupantes.
Habitaciones a precio de pisos
Entre otras cuestiones, el informe señala que «lo que antes costaba alquilar una vivienda es lo que ahora se paga por una simple habitación, a veces, incluso más». También recuerda la clase de alojamientos “cutres” que se alquilan “a precio de hotel de lujo”, como balcones, tiendas de campaña, chozas de madera, jaimas, etc.
El estudio señala además que por falta de trabajo, numerosas personas y familias sin empleo han tenido que alquilar habitaciones para compartir gastos, lo que provoca situaciones de hacinamiento en el que llegan a vivir 8 personas en un piso de dos habitaciones de menos de 60 metros.
También denuncia que «la sensación de impunidad se ha extendido entre los propietarios y los comercializadores».
«La burbuja de los alquileres ha dejado sin posibilidad de encontrar una vivienda a numerosas personas sin un contrato laboral. La situación es desesperada», añade.
Trabajadores sin techo
Cáritas también ha creado nueva forma de denominar a los afectados como “trabajadores sin techo” ya que son «personas con contrato laboral y nóminas de 1.200 euros, que renuncian a sus empleos por la imposibilidad de conseguir alojamiento».
También recuerda que los pisos patera llegan a albergar hasta 16 personas y que se van desplegando por numerosos edificios donde los vecinos también sufren el trasiego de gente que vive hacinada en un solo piso.