@B.R./ Los cambios de rumbo que quedaron registrados en el AIS una vez que el buque Don Pedro zarpó del puerto de Vila en dirección a Valencia aquel fatídico 11 de julio de 2007 podrían haberse dado, según la declaración de un capitán de la Marina Mercante a «una serie de malentendidos o confusiones entre las personas que están en el puente de mando” , es decir, entre el capitán y el segundo oficial. A esto se le suma la poca distancia y el poco tiempo que hay para poder hacer una maniobra esquiva con el fin de evitar la colisión.
Aún así, este capitán, que trabajó durante más de dos décadas en la compañía Iscomar, ha señalado que en un buque no puede haber discrepancias ni discusiones porque el capitán “es el que manda y el que toma las decisiones; la jerarquía está muy clara”. Además, ha descartado que durante la navegación se puedan dar «órdenes incomprensibles en una cosa tan elemental», ha dicho.
Otro capitán del Don Pedro
Este testigo, que en su día tripuló tanto el buque Don Pedro como su gemelo, el Don Fernando, ha reiterado que los capitanes de los buques “deben estar” en el puente de mando hasta que se haya superado la zona de Es Freus, independientemente de si está de guardia o no. Según su relato, entre el puerto de Ibiza y Es Freus hay un “lapsus de tiempo” en el que la navegación es normal pero nadie se mueve de su sitio porque sabe que pasados unos minutos hay otra “zona de atención” debido a las secas y a los bajos existentes.
En su opinión, hasta esa zona se debería navegar de forma manual y sin automático aunque no ha descartado la posibilidad de poner el automático una vez fuera de la bocana de puerto y quitarlo de nuevo antes de llegar a la zona de Es Freus.
Por otro lado, y coincidiendo con la declaración de ayer del segundo oficial, este capitán de la Marina Mercante ha apuntado que cuando es de noche la única referencia es la rosa de maniobras, donde aparece el rumbo, y no se mira al horizonte ya que no se tiene referencia alguna.
Otro capitán de la Marina Mercante, que también ha declarado como testigo, ha realizado una declaración muy similar alegando que la maniobra de salida alcanza hasta la zona de Es Daus, una zona considerada de “alto riesgo y dificultosa”. A su entender la zona de Es Freus es una localización «peligrosa» de la que «no te puedes fiar».
En este sentido también ha señalado que el capitán es el que da las órdenes y “es el oficial que se ciñe a cumplirlas”. Además, ha apuntado que el giro a 135 grados corresponde, según su experiencia, a poner rumbo a Valencia bordeando la isla por el norte y evitando así pasar por la zona de Es Freus. La ruta por el norte para alcanzar Valencia se realiza cuando hay mala mar o inclemencias meteorológicas.
Ambos han relatado que las cartas de navegación están siempre preparadas antes de encender las máquinas del buque para emprender el viaje y que el rumbo que tome una embarcación ya está decidido antes de salir de puerto.
Además, en los dos casos, los capitanes de la Marina Mercante han destacado que durante el segundo oficial, hoy sentado en el banquillo de los acusados, con quien compartieron travesías, era una persona «correcta» que realizaba «correctamente» su trabajo.
El práctico del puerto de Vila
El práctico de Vila, que el día del hundimiento asesoró a la tripulación del Don Pedro a hacer la maniobra de salida del puerto de Ibiza, también ha declarado en el juicio como testigo. En este caso, ha señalado que cuando él abandonó el buque ‘Don Pedro’, con autorización del capitán, ahora sentado en el banquillo de los acusados, la embarcación tenía un “rumbo de navegación normal”. Cuando él abandonó el carguero «el Don Pedro siguió rumbo correcto y estable hasta que cambió de rumbo a babor y no sé a que se debe ese cambio», ha señalado.
En este sentido, el práctico ha recordado que su función es la de asesorar al capitán en la salida y entrada a puerto y ha reiterado que el responsable de la dirección y de la maniobra de salida es del capitán aunque él esté a bordo.
Asimismo, ha señalado que cuando abandonó el Don Pedro en el puente de mandos se encontraba tanto el capitán como el segundo oficial, éste último al timón.
Las órdenes de Capitanía Marítima
Otro de los testigos ha sido el patrón del remolcador Arucas quien ha asegurado que si bien en un principio cumplió con la orden del capitán del buque Don Pedro para volver a puerto tras la colisión, minutos más tarde acató la contraorden del Capitán Marítimo de Ibiza que le indicó que llevara al buque a la zona sureste de Es Daus para que fondeara allí y así evitar el hundimiento en la bocana del puerto.
Para este testigo, con esta decisión se pretendía apartar el buque Don Pedro de la línea de navegación de Ibiza por el “peligro inminente” de hundimiento y evitar el bloqueo de la entrada de puerto en caso de que se hundiera en la bocana.
Según ha señalado, la decisión fue tomada por el Capitán Marítimo de entonces y la intención era dejar el Don Pedro fondeado al sureste de Es Daus para al día siguiente valorar los daños.
En este sentido ha señalado que una vez que llegó donde estaba el Don Pedro, el buque se encontraba escorado a babor y hundido de proa, una situación que fue agravándose durante los trabajos de remolque.
Aún así, ha negado que el cambio de rumbo para llevarlo a la zona indicada por el Capitán Marítimo provocara el hundimiento y la desestabilización del buque: «No fue un cambio de rumbo brusco sino que se hizo un cambio paulatino, despacito por lo que, en mi opinión, el cambio no desestabilizó el barco».
En relación a la posibilidad de varar el carguero en alguna playa- tal y como ha señalado uno de los capitanes de la Marina Mercante- el responsable del remolcador lo ha descartado de plano al destacar que el Don Pedro no tenía máquinas- motor en funcionamiento- por lo que tendría que haber varado el remolcador, algo que ni se planteó.
Durante la sesión de hoy han declarado también varios empresarios perjudicados por el hundimienot del Don Pedro y el cierre de playas, testimonios que continuará en esta línea en los siguientes días ante la titular del juzgado de lo Penal número 1 de Ibiza para reclamar las pérdidas provocadas por el hundimiento del buque.