«En la lujosa Ibiza, los trabajadores esenciales se ven obligados a vivir en poblados de tiendas de campaña«. Así se titula el amplio reportaje que lleva hoy en su edición uno de lo periódicos más leídos y prestigiosos del mundo, el New York Times. El artículo, firmado por Benjamin Cunningham con fotografías de Eduardo Bayer, explora el problema de la vivienda en Ibiza y las consecuencias que está teniendo.
«La isla española está llena de hoteles de playa y clubes de baile resplandecientes con turistas adinerados. Pero sus maestros, bomberos y policías no pueden encontrar un lugar donde vivir», añade el reportaje con contundentes imágenes aéreas del poblado de Can Rova y otras de detalle de personas en sus tiendas de campaña, chamizos, chabolas y otras infraviviendas desperdigadas por la isla.
Jonathan Sánchez, que trabaja en al construcción, y su pareja Sandra Velázquez, en su tienda en la zona de Can Raspalls en Ibiza; Alicia Bocuñano, taxista que además fue portavoz de los desalojados de Can Rova o Maria Fernanda Chica son algunas de las voces que aparecen en el amplio reportaje.
Describen Can Rova como un poblado improvisado de tiendas, chabolas y autocaravanas en las afueras de Ibiza, que fue hogar de unas 280 personas este verano. «Algunos eran nativos de Ibiza. Otros eran trabajadores indocumentados».
«El 31 de julio, la policía cumplió una orden judicial para desalojar el campamento, que había sido erigido en un terreno privado. (el dueño actualmente está involucrado en una serie de disputas legales). Muchos dijeron que planeaban trasladarse a uno de los otros campamentos, aunque esos sitios carecían de la electricidad, agua y cerca perimetral que hacían que Can Rova fuera más acogedor«, describen.
«El auge del trabajo remoto [con personas extranjeras de alto poder adquisitivo trabajando desde sus casas en Ibiza] y el incremento en los alquileres a corto plazo [Airbnb, viviendas turísticas y contratos cortos de verano] han eliminado muchos apartamentos del mercado, agravando la escasez existente causada por las restricciones de uso de suelo en una isla valorada por su belleza natural, y por la mala política pública que siguió al estallido de la burbuja inmobiliaria en España en 2008», relatan en el texto.
La población residente de la isla durante todo el año, «de 160,.000 personas, es el doble de lo que era hace 20 años y sigue creciendo». «Durante los meses de verano, más de un millón de personas disfrutan de la isla al mismo tiempo, y el turismo de lujo aumenta aún más la presión sobre la vivienda», analiza el NYT.
«Tres cuartas partes de los compradores potenciales en Ibiza buscan una segunda residencia, mientras que otro 15% quiere una propiedad para inversión», admite Paloma Pérez Bravo, CEO de Sotheby’s International Realty en España. Así, en una isla con una oferta de vivienda insuficiente y un terreno edificable limitado, «muchas casas permanecen vacías gran parte del año».
«Los residentes cuentan historias de apartamentos, tipo estudio, abarrotados donde las personas dormían por turnos en las llamadas «camas calientes» por unos 300 euros al mes. Maria Fernanda Chica, «una colombiana de 34 años que está esperando papeles de trabajo, vivió en uno de esos apartamentos mientras limpiaba casas de lujo por dinero en efectivo«. «No podía cocinar cuando lo necesitaba», dijo sobre las condiciones. «Con suerte, podía usar la cocina una vez al día».
«Este verano, vivía en una estructura improvisada en Can Rova con su pareja y su hijo adolescente. La mayoría de los residentes allí alquilaban parcelas por entre 350 y 450 euros al mes, más 50 euros por el agua y otros 50 euros por la electricidad. Los residentes eran responsables de cavar sus propios sistemas sépticos. Muchos habían construido chabolas con madera contrachapada, palets de envío, césped artificial, lonas y otros materiales básicos«, detalla el reportaje.
El artículo se hace eco de otros problemas, como la falta de agentes de la Guardia Civil, o las dificultades de los maestros a la hora de encontrar vivienda que les describen los sindicatos.
Incluso incluyen declaraciones de la alcaldesa, Carmen Ferrer, que señala los planes para comenzar la construcción de 60 apartamentos de alquiler más pequeños. «Estos son problemas importantes y urgentes con soluciones que llevarán más tiempo del que tenemos», admite Ferrer.
Pero para la experta economista Carme Trilla, «es necesario priorizar la vivienda pública para los trabajadores esenciales», dice en el reportaje, y añade que el problema no es solo la vivienda sino también el precio del suelo. Básicamente, se necesita dinero público para comprar propiedades privadas a precios de mercado.
También citan a Yann Pissenem, el empresario tras Hï o Ushuaïa que acaba de anunciar un nuevo club en Ibiza, el UNVRS (se lee Universe en inglés). «Su empresa ha comenzado a ayudar a sus trabajadores temporales a encontrar alojamiento y citan: «Todos necesitamos encontrar una manera de ayudar a las personas que sostienen la isla en sus manos», dijo.
No sé como a nuestros políticos de uno y otro lado , no se les cae la cara de vergüenza.
Eso si, ellos cobran cada mes.
La mala fama que está cogiendo Ibiza, ya nadie va a querer venir a trabajar mientras AirBnb se forra con los pisos y caravanas ilegales
Si no tienes opción a alquilar una vivienda o mejor dicho , si no quieres gastarte dinero en alquiler , no vengas a Ibiza a quejarte que ya sabes lo que hay… quédate en tu pueblo o en tu ciudad.
Ahora se está convirtiendo en una moda venir a la isla ocupar un espacio que no te pertenece , teniendo un buen sueldo y luego ir dando pena de que estás «malviviendo» culpando a unos y a otros, esto tiene que acabarse ya!
Lo más fuerte que dingun político dimite.esto demuestra colo son derecha y izquierda.ladrones
Voy a llorar yo tb a ver si me ayudan a pagar la hipoteca que tengo que trabajar en dos sitios para poder llegar a final de mes.
Ahhh y tiro la basura en el contenedor.