No es nuevo, ni problema de un sólo municipio. El gas de la risa va camino de convertirse en uno de los símbolos asociados de Ibiza, guste o no a las autoridades o residentes. Si bien la Administración hace lo que puede (llevamos 29 diligencias en Sant Antoni por venta de óxido nitroso de mayo a julio). Las imágenes que acompañan esta noticia se tomaron este fin de semana en Sant Josep, lejos del municipio que, en teoría, es el epicentro del consumo de este producto destinado inicialmente a su uso profesional en cocinas.
Oportunidad comercial
La identificación de la isla de Ibiza con el gas de la risa ya está hecha, se llega tarde. Uno de los fabricantes «reputados» de este producto, Magic Whipe, se reivindica como «nacido en Ibiza, donde los sabores de la tierra, el mar y la fiesta se mezclan para tu placer». Una de las particularidades de esta marca es que no venden las pequeñas cápsulas que solemos ver tiradas por la calle: sus envases contienen a partir de 640 gramos hasta los 2.000. Casi, tal y como muestran en las imágenes promocionales, salir de fiesta con un extintor en la mano. O tenerlo en la cocina.
Para añadir un poco más de misterio al caso: si accede a la página web del fabricante visitando su web desde un ordenador con conexión española, le mostrará otra página distinta sin referencias orgullosas a su «origen ibicenco». Sin embargo, si intenta acceder a la misma página con una conexión de fuera de nuestro país, sí podrá ver esta reivindicación de sus raíces pitiusas. Puede ver la web con referencias a Ibiza viendo esta copia que hemos realizado aquí. Si intenta acceder al mismo contenido sin usar esta copia, es muy probable que sea redirigido a otra dirección. Los productos, que se pueden adquirir incluso en grandes comercios online, se ofrecen siempre como los preferidos por «los mejores chefs» o «utilizados por artesanos culinarios».
En Ibiza, de momento, nos quedaremos con la mala fama y el problema asociado al reciclaje de los envases utilizados para el consumo de este producto. Según indican a Noudiari, a la planta de reciclaje de Cana Putxa podrían estar llegando 300 envases diarios.
Lo que se nos ha ido de las manos es toda la isla.