@Noudiari / El GEN presenta ante la Comisión Balear de Medio Ambiente y las administraciones implicadas, alegaciones a los 200.000 metros cuadrados más de urbanización que el Ayuntamiento de Sant Josep tramita en Cala Corral. Se pide la suspensión del proyecto por haber agotado la capacidad de carga de las infraestructuras y de los recursos naturales del municipio.
Según denuncia Joan Carles Palerm, representante del GEN-GOB: «Nos encontramos ante un desarrollo urbanístico de grandes dimensiones, que pretende asentarse en una zona donde la presión urbanística ha provocado ya graves problemas ambientales y de colapso de infraestructuras que han supuesto un gasto multimillonario de fondos públicos».
También acusa al Ayuntamiento josepí de haber permitido proyectos al «margen de la legalidad» y pone de ejemplo la primera línea del mar en Cala Tarida y toda su proyección alrededor. Una zona repleta de edificaciones que, para el GEN, deberían haber quedado libre de construcciones.
El grupo ecologista considera que el desarrollo urbanístico de Sant Josep se está llevando a cabo en base a «una normativa urbanística municipal obsoleta sin tener en cuenta cuál es la realidad sobre el terreno, tanto del territorio, como de las infraestructuras y recursos disponibles».
El ejemplo más claro, dicen, es el problema de la carencia de agua potable en el municipio y señalan que el binomio recursos hídricos y planeamiento urbanístico deberían ir de la mano. Un ordenamiento urbanístico que forma parte de un plan de hace 30 años, destacan, «por lo que incumple las más elementales normativas de sostenibilidad, tanto estatales como europeas (Directiva 2000/60/CE, de 23 de octubre)».
Otros problemas
El excesivo crecimiento urbanístico de la zona provoca el colapso de las infrastrutures viarias durante varios meses en temporada de verano.
La depuración de las aguas residuales ha supuesto una grave problema. «En la zona se han tenido que invertir en los últimos años millones de euros publicos para apañar la problemática de las aguas residuales». El GEN señala que esto también incumple las normativas europeas.
La organización explica que este aumento de construcciones incrementa de la emisión de gases de efecto Invernadero, además de un gasto energético.
La presión turística también lo consideran un problema pues la saturación del verano llega a alcanzar los 25,5 turistas por cada residente. Algo que hace que sea insostenible la sobreocupación de temporada. «La capacidad de carga de la isla se ha excedido claramente y ha puesto al límite de los colapso sus recursos y los valores ambientales, además de la sobresaturación en infrastructures a que obliga la situación caótica», afirman.
Este hecho queda patente al estudio realizado por la Sociedad de Historia Natural y la Universitat de les Illes Balears con la colaboració del Fondo para la preservación de Ibiza: Capacidad de carga socioambiental de
la isla de Eivissa.
Por todo esto, las alegaciones del GEN concluyen solicitando que se suspenda la aprobación de cualquier proyecto urbanístico del actual plan urbanístico de Sant Josep «por haber superado la capacidad de acogida respecto de los recursos naturales y las infrastructuras disponibles, por razones de interés público y emergencia ambiental».