NouDiari / El Área de Salud de Ibiza y Formentera sigue adaptando sus recursos a las necesidades asistenciales surgidas a raíz de la pandemia de Covid-19. De esta manera, continúa preparándose para la segunda oleada con la creación de nuevos circuitos y la adecuación de espacios en servicios clave para la atención, como son la Unidad de Hospitalización de Medicina Interna F, el Área quirúrgica y el Servicio de Urgencias.
La semana pasada comenzaron los trabajos en la unidad de hospitalización especializada en coronavirus, Medicina Interna F, y en el bloque quirúrgico, donde se han creado espacios específicos para la atención al coronavirus. En ambos servicios se han hecho, por el momento, la instalación de los premarcos de puertas, la tabiquería y el refuerzo de forjados para poner puertas que separen áreas covid de no covid. Las puertas finalmente se instalarán también en Urgencias, en una segunda fase, el día 9 de noviembre.
En Medicina Interna F, se han creados dos espacios con veinte camas cada uno de ellos. Esto permitirá adecuar la atención de esta unidad a las necesidades asistenciales. Así, habrá un espacio con veinte camas específico para enfermos con covid-19 cuando el número sea inferior a la veintena y se utilizarán los dos espacios al completo cuando se supere esa cifra.
El Área Quirúrgica —que consta de una zona de CMA (Cirugía Mayor Ambulatoria), una zona de URPA (Unidad de Reanimación Post Anestesia) y ocho quirófanos—también se ha preparado para la atención sanitaria quirúrgica durante la segunda oleada. Por una parte se han diseñado dos circuitos, covid y no covid, separados físicamente por medio de una compuerta que permite la reversibilidad de las áreas para adaptarlas a los diferentes escenarios posibles.
Diferentes escenarios sanitarios para la segunda ola
Por otra parte, se ha habilitado la zona CMA por medio de una Central de Monitorización para poder ser utilizada como UCI en caso de necesidad.
Esta disposición permite acoger los diferentes escenarios sanitarios durante la segunda oleada, pues se convierte el Área Quirúrgica en un espacio modulable en el que se amplía o se disminuye su capacidad en función de las necesidades.
Según manifiesta Fernando García Montes, subdirector quirúrgico, «el bloque quirúrgico se ha habilitado para funcionar a modo de acordeón. Se expandirá cuando la pandemia permita utilizar toda el Área Quirúrgica o se encogerá cuando debamos ceder espacio a los pacientes críticos de la UCI. Con este protocolo podremos atender a los pacientes con Covid-19 y simultáneamente continuar con la máxima actividad asistencial posible de los pacientes que presenten otras patologías. Así se minimizará el impacto de la pandemia en la actividad quirúrgica programada».
La primera fase, en la que nos encontramos actualmente, contempla dividir la UCI en dos zonas: Control A para la Covid-19 y Control B para el resto de patologías.
La segunda fase se activaría dedicando la UCI, que cuenta con quince camas, completamente al paciente con Covid-19. En ese escenario, la CMA se convertiría en UCI para pacientes críticos que presentasen otras patologías. De esta manera se podría continuar con la actividad quirúrgica programada y urgente, sin necesidad de suspender operaciones, y con la URPA disponible para la reanimación de los pacientes quirúrgicos tras una operación.
En caso de requerirse intervenciones quirúrgicas en pacientes con Covid-19, se cerrarían las compuertas que separan los quirófanos 7 y 8 y de esta manera se aislaría físicamente esta zona del resto de quirófanos, donde se mantendrían las intervenciones de los pacientes con otras patologías. Una vez concluidas las intervenciones a pacientes con Covid-19 y tras la limpieza exhaustiva del área, se volverían a abrir las compuertas para maximizar la actividad quirúrgica en pacientes con otras patologías.
El tercer escenario se activaría en el momento en el que los requerimientos de UCI de pacientes con Covid-19 en estado crítico excediera las quince camas de la UCI y debiera ocuparse más espacio en el Área Quirúrgica para atenderlos. En este escenario, se cerrarían las compuertas de la zona COVID de manera permanente hasta que se volviera al escenario anterior. El quirófano 7 se convertiría en quirófano covid y el quirófano 8 en sala UCI-COVID. El resto de quirófanos, del 1 al 6, continuarían siendo quirófanos para pacientes negativos en coronavirus en una zona totalmente aislada de la zona COVID.
En el caso de que las necesidades de UCI para pacientes con Covid-19 continuaran creciendo, se establecería una nueva esclusa de aislamiento para convertir tres quirófanos en salas UCI-COVID totalmente aisladas de los otros tres quirófanos, donde se realizaría actividad quirúrgica prioritaria y urgente.
De esta manera, la apertura y cierre de compuertas y esclusas permitirá aumentar o disminuir la actividad asistencial al paciente con Covid-19 y minimizar el impacto sobre la actividad quirúrgica programada para pacientes con otras patologías.
En paralelo, los trabajos de adecuación de la Zona de Observación 2 de Urgencias comenzaron ayer por la tarde y tendrán una duración de unos diez días. La primera fase se estima que finalice el día 6 de noviembre. Al igual que en los anteriores servicios se pretende ganar flexibilidad y mayor capacidad de adaptación a las diferentes necesidades que surgen de la atención al paciente con Covid-19. Así, la Zona de Observación 2 que dispone de nueve camas y seis sillones, quedará con cinco camas para pacientes con coronavirus y el resto para los que presenten otras patologías. El espacio quedará dividido por un tabique con puerta y ventana. Los trabajos de adecuación del espacio también contemplan la creación de dos controles de enfermería diferenciados para cada zona.
Desde el Área de Salud se agradece la compresión y colaboración de los usuarios mientras duren las obras, ya que durante su ejecución se disminuirá la capacidad del Servicio de Urgencias en seis camas. El Servicio de Urgencias dispone de treinta camas: veintiséis para adultos y cuatro pediátricas, además de una sala de observación con once sillones.
Para la directora gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Carmen Santos, «debemos adelantarnos como ya hicimos en la primera oleada y dotar a los profesionales de los recursos necesarios para puedan hacer frente a esta pandemia en las mejores condiciones posibles. La capacidad de adaptarnos a distintos escenarios para no interrumpir la actividad asistencial es clave en este momento».