@Noudiari/ El Institut d’Estudis Eivissencs ha remitido un escrito en el que critica la visión que se ha tenido del territorio en Eivissa, una visión basada en la «codicia» y a «corto plazo», según indican.
«Debemos planificar nuestro futuro y poner fin a las inercias que nos han conducido a la situación de degradación y colapso al que hemos sometido nuestra isla, y debemos hacerlo siguiendo los ejemplos que hace años que se aplican a la Europa civilizada y que no hacen más que aplicar los principios de sostenibilidad del ya lejano (1987) Informe Brundtland, del que en Ibiza aún no nos hemos enterado», apuntan.
En esta línea, el IEE pone como ejemplo el pronunciamiento de la directiva del Colegio de Arquitectos contra la la inedificabilidad del suelo rústico protegido, que les hizo merecedores del premio Formigó del GEN. En este sentido, desde el IEE apuntan que, con la normativa actual, el suelo rústico de Eivissa «está agotando su capacidad de acoger más edificaciones». «Intentar explotar el territorio hasta el último rincón de suelo, promoviendo la edificación de los espacios protegidos es la última agresión a una isla ya bastante masacrada. No son arbitrairetats políticas, son criterios técnicos que desde el punto de vista del medio ambiente y la ordenación del territorio se nos presentan con una claridad indiscutible», critican.
Aún así, desde el IEE confían en que el Govern balear «repare» esta «anomalía» y «proteja pro ley» el suelo rústico de Eivissa, «actualmente desprotegido» y que ayudaría a salvar «lo poco que nos queda de la isla que tuvimos».
Otro de los ejemplos que ponen desde el IEE es el puerto de Vila, que, según indican, es conocido «su historial de despropósitos, falsas promesas, construcciones de diques, de ampliaciones y destrucción de patrimonio, todo ello liderado por una Autoridad Portuaria situada por encima del bien y del mal , y que ha contado con la complicidad de los políticos de turno (de un partido y del otro)».
Para el IEE, no se ha tenido en cuenta la «incidencia» tanto el edificio de Es Martell como las dos nuevas estaciones marítimas sobre el paisaje, la configuración de la bahía y el conjunto histórico de la ciudad.
«Nos concierne a todos, ciudadanía, entidades e instituciones, superar esta mentalidad y, de una vez por todas, trabajar juntos para defender los valores y los recursos de nuestra isla, que son nuestros pero que también lo serán de las generaciones futuras», concluyen.
Entonces no os parece bien la postura del PSOE en relación a autorizar el edificio en Es Martell?
Cuando dice «proteger el suelo rustico», se está refiriendo a todo él, no sólo al protegido. ¿He de entender que el IEE está en contra de que se pueda vivir en el campo?
La bipolaridad de una sociedad autóctona lleva a situaciones inconvenientes e inconvincentes. De aquellos lodos, el barrizal…
Las tendencias y sus argumentos se suceden legislatura tras legislatura y los recursos públicos se dedican a desvestir un santo para vestir al suyo; a precario, pues el traje encargado por los primeros sin llegar a acuerdo con los segundos acaba siendo efímero. Como aquellas prendas de teatro que permiten a los actores cambios vertiginosos pero fugaces.
Sin diálogo, sin empatía por los terceros (la ciudadaní a que observa con estupor la perversión del territorio: viviendas a nombre de SL en rústico o yates amarrados frente al patrimonio histórico con bula para aparcar) sólo cabe la consternación y también la esperanza de un pacto insular, firme y valiente, que permita a los nuestros del siglo XXII recordarnos como personas razonables. O al menos, que no se sientan avergonzados por saber que lo posible nunca acabó en un verdadero consenso.