@D.V./ El Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa ha dado el ‘visto para sentencia’ en el juicio que ha sentado en el banquillo al exsecretario general de la Federación Socialista de Eivissa, Roque López, y a su antiguo abogado, Andrés Tuells.
La Fiscalía ha solicitado 2 años de prisión para López y Tuells por un presunto delito de denuncia falsa, mientras que la acusación particular de la letrada Ascensión Joaniquet ha pedido 4 años para cada uno de ellos por denuncia falta y calumnias, además de una indemnización de 450.000 euros para resarcir el honor tanto de Joaniquet, como del otro denunciante, el juez José Espinosa. La acusación particular del juez Espinosa ha reclamado también 4 años de cárcel para Tuells y el pago de una indemnización, pero ha retirado sus cargos contra Roque López.
Por su parte, tanto el abogado defensor de Roque López como Andrés Tuells -que se defendía a sí mismo- han solicitado la libre absolución de sus representados.
“La actuación del señor Tuells denigra la profesión”
En su lectura de conclusiones, la Fiscal Bárbara Moreno ha sido muy dura con Andrés Tuells. Recordemos que éste presentó una querella contra la abogada Ascensión Joaniquet, acusándola de sobornar al juez Espinosa -que en esos momentos llevaba el caso Eivissa Centre- pagando unas deudas que había contraído la mujer del juez. A pesar de que las instancias judiciales superiores advirtieron de que la denuncia de Tuells no tenía ningún fundamento, éste prosiguió con la denuncia hasta que una sentencia del TSJ la anuló definitivamente.
“Tuells fue el autor intelectual de una maquinación que no tenía otro objetivo que el desprestigiar a Joaniquet y a Espinosa con dolo y mala fe”, ha narrado la Fiscal, quien también ha hecho corresponsable a López por haberse “lanzado a la piscina y haber puesto su firma en una demanda cuando no había visto ni una sola prueba”. La Fiscal ha repetido lo que el TSJ dejó como algo claro y evidente, que Joaniquet no pagó ninguna cantidad a la acreedora de la mujer del juez, sino que sólo hizo de intermediaria: “Sabiendo que su acusación era falsa, siguieron adelante sin otro objeto que el desprestigio”.
Juan María Ormazábal, abogado del juez Espinosa, tampoco se ha ahorrado calificativos hacia Tuells, a quien ha definido como una “personalidad egocéntrica, poseído por un sadismo judicial”. “Usted, señor Tuells, es un ejemplo negativo, su actuación denigra esta noble profesión. Si hubiera más como usted yo colgaría la toga”, ha remachado. Por su parte, el abogado de Joaniquet, su hermano Santiago, ha definido la actuación de Tuells y López de “asesinato moral contra Ascensión”.
“Dije que Joaniquet pagara ese dinero de su bolsillo”
El abogado de Roque López, Salvador Ferrer, ha basado su estrategia de defensa en descargar tota la responsabilidad sobre Tuells, a quien ha calificado como el “cerebro que maquinó y consiguió convencer a mi cliente”.
Ferrer ha recordado que López ha pedido disculpas a Joaniquet y Espinosa, y que si firmó la acusación falsa contra ellos fue porque “confiaba plenamente en su letrado, el señor Tuells, un hombre de gran prestigio en Ibiza, y nunca pensó que éste le pudiera engañar”.
Tuells, por su parte, ha basado su defensa en admitir que Joaniquet y Espinosa son inocentes de lo que les acusó -así lo estipula una sentencia del TSJ-, pero que cuando en su momento se querelló contra ellos lo hizo con el convencimiento sincero de que eran culpables: “Nunca hice aquella denuncia a sabiendas de que fuera falsa”.
Tuells ha cuestionado nuevamente algunas decisiones que tomó el juez Espinosa durante la instrucción del caso Eivissa Centre para justificar sus sospechas, y ha negado que llegara a afirmar que Ascensión Joaniquet se hiciera cargo de las deudas de la mujer del juez: “Yo dije que Joaniquet pagó la deuda de la mujer del juez pero no dije que lo hiciera con dinero de su bolsillo, que no es lo mismo”.
“Destrozo moral y psicológico”
Durante la segunda jornada del juicio también han declarado los testigos, entre los que han destacado el juez José Espinosa y su mujer, María Montaña. Así, Espinosa ha explicado que la acusación falsa contra su persona le supuso un “cabreo solemne” y un “destrozo moral y psicológico, a nivel personal y familiar, difícil de cuantificar”.
Espinosa ha recordado que, si la querella de Tuells y López hubiera progresado, le hubiera comportado la suspensión de empleo y sueldo: “Este cuestionamiento de mi honorabilidad me ha provocado una zozobra, un sinvivir, insomnio, amargura… Y esto ha durado muchísimo tiempo”, ha recalcado.
Su mujer, María Montaña, ha relatado que el proceso judicial ha comportado para ella un cuadro depresivo y dolencias en el estómago. También ha recordado el estigma sufrido y el hecho de que muchas personas le retiraran el saludo, lo que provocó que pasara largas temporadas sin salir de casa. Otros testigos, como amigos y compañeros de bufete de Ascensión Joaniquet, también han declarado para dar constancia del calvario personal que ha sufrido la abogada durante estos últimos cinco años.
Una charlotada indigna
Las testificales se han demorado durante tres horas a causa de las continuas disputas verbales entre Andrés Tuells -que también interrogaba a los testigos en calidad de abogado de sí mismo- y las acusaciones particulares. Durante todos sus interrogatorios, Tuells ha insistido en preguntar sobre aspectos de los casos Eivissa Centre y del supuesto soborno al juez Espinosa, aspectos estos que ya fueron juzgados en su momento por el TSJ y del que ya hay sentencia. En diversas fases, ambas partes se han interrumpido mútuamente, quitándose el turno de palabra, mientras que la juez -May el Youssef, recién llegada a Eivissa- se ha visto incapaz de imponer su autoridad en la sala.
Las preguntas de Tuells han desquiciado a las acusaciones y a la misma juez, que parecía temerosa de quitarle la palabra. Así, en una escena más propia de las series norteamericanas de juicios, Tuells preguntaba a los testigos por temas que no tenían nada que ver con lo juzgado, las acusaciones protestaban y instaban a la juez a que declarara improcedente la pregunta. Ésta le transmitía esa queja a Tuells quien, a su vez, la ignoraba completamente y volvía a hacer la misma pregunta.
En una ocasión, el abogado del juez Espinosa no ha podido contenerse más y le ha exhortado a la juez a que “ponga fin a esta pantomima” y le retire la palabra a Tuells, a lo que éste respondía que le “situaba en indefensión” al no poder terminar sus preguntas. El delirio ha llegado al paroxismo cuando Tuells le ha entregado al juez Espinosa 18 folios con el escrito de la defensa para que “se lo estudie», para posteriormente preguntarle… Lo puede leeer en voz baja, si quiere”. “¿Pero cómo va a declarar sobre un escrito hecho sobre otra persona? ¡Preguntele por los hechos!”, ha clamado el abogado de Espinosa, mientras que la juez callaba, impotente, ante una situación que la ha superado completamente.