Por Soldat: Colgadas y sin saber cómo pasarán la Nochebuena. El vuelo 8140 de Ryanair de Eivissa a Barcelona debía partir ayer a las 22,35, pero la densa niebla que afectaba al aeropuerto de El Prat anuló el trayecto. A partir de allí empieza el calvario de unas 130 personas que deben abandonar la zona de embarque, volver a la planta baja del aeropuerto y encontrar una solución para pasar las Navidades en casa. Por contra, en el aeropuerto de Barcelona han pernoctado muchos viajeros con destino a Eivissa que debían tomar ese mismo avión en su trayecto de ida y que han podido partir esta mañana.
El mostrador de Ryanair, el único de todo el aeropuerto que a lo largo del verano no contaba con teléfono de atención al cliente, se convirtió entonces en un hervidero de pasajeros indignados que querían ser recolocados. Un grupo de afectados, que ya se resigna a no juntarse hoy ni mañana con sus familiares, asegura que el trato del personal fue correcto, aunque la compañía no ofrecía soluciones solventes. Y encontrar billetes a Barcelona en otras compañías para hoy o mañana es más que complicado o cuenta con unos precios prohibitivos para muchos.
De un total de 130 pasajeros, sólo 17 han sido reubicados en el vuelo de esta mañana a las ocho y diez de Ryanair y han tenido preferencia «las familias que iban con hijos, ya que decían que no cabía más gente». El resto no pueden ser recolocados en Ryanair ni hoy ni mañana, «como mucho el 26 o el 27». Sin embargo, al llegar a su casa esta madrugada, un pasajero ha encontrado una reserva que confirma que sí que había plazas disponibles en el avión, aunque sólo si pagaba 286 euros. «Estoy en paro, ¿cómo voy a pagarlo?», lamenta.
Así que, para no perder su dinero, las más de 100 personas que quedaron en tierra sólo han tenido la opción de recolocarse en un vuelo después de la Navidad. Los que van a intentar llegar por otras vías han tenido que llenar un formulario de queja para ver si tienen alguna oportunidad de recuperar lo invertido en el billete de Ryanair.