@Noudiari/El Anuario de Turismo de las Islas Baleares de 2016 elaborado por la Fundación Gadeso y presentado ayer por la tarde en el Consell Insular señala que el sector del ocio nocturno de Ibiza sigue siendo el principal atractivo y negocio turístico de la isla, como complemento de la oferta de sol y playa, pero también una actividad controvertida entre los residentes por las molestias que genera.
El capítulo dedicado a Ibiza, titular ‘Pros y contras del turismo de ocio en Ibiza’, destaca que en la isla «las discotecas, salas de fiestas y cafés concierto facturan más de 400 millones de euros al año, el 50% del sector en Baleares, y dan trabajo cerca de 8.000 personas».
Aunque advierte que «estas cifras son aproximadas y se tienen que tomar con mucha cuidado», asegura que «la mayor relevancia del sector se encuentra en su capacidad de atracción de turistas».
«El turismo de discotecas es el principal complemento del turismo de sol y playa, y juntos representan la mayor parte del negocio turístico de la isla», asegura el estudio.
Mala imagen entre los residentes
El informe explica que el éxito del sector «se fundamenta en empresarios y establecimientos con una larga trayectoria y una importante política de reinversión e innovación».
«El gran problema es que es una actividad controvertida y con mala imagen entre los residentes, debido a las molestias que provoca, como ruidos, tránsito, fiestas en la calle, etc, y por el miedo a que genere un efecto imitación entre los habitantes de la isla, por drogas, alcohol, promiscuidad sexual, etc», asegura el informe.
El capítulo dedicado a Ibiza concluye que, según reflejan los estudios realizados (Sierra & Ramón, 2016), el balance entre los pros y los contras «es casi de empate técnico para los residentes».
«Hay que potenciar los elementos positivos del sector y reducir los elementos negativos para hacer esta oferta sostenible. De lo contrario, la oferta de ocio nocturno decaerá en Ibiza perderá este elemento como característica diferenciadora», recomienda el anuario.
Formentera, un turismo particular
‘Formentera un turismo particular’ es el título del capítulo dedicado a la pitiusa menor. El informe la considera una isla «dependiente del turismo y con similitudes con Ibiza», pero con diferencias con la pitiusa mayor y con el resto de las Baleares: «el turismo se desarrolló más tardíamente, predominan los pequeños establecimientos, depende de un único país emisor y la imagen está sustentada en el entorno natural».
«Aunque aprovechó el impacto mediático de los hippies de similar manera que Ibiza, los elementos que ha priorizado de su herencia no son los mismos. Formentera se ha centrado en las playas, al paisaje y al mar, e Ibiza ha priorizado las discotecas, las fiestas y la vida nocturna», explica el anuario.
Según Gadeso, «esta diferenciación ha permitido que Formentera sea vista como un producto diferente en Ibiza, pero a la vez complementario, o como una Ibiza de antes». «Es una oferta de ‘día y noche’ que se puede ver en el migrar diario de muchos yates entre las dos islas. De cara al futuro, los retos que tiene que afrontar la isla son la dependencia del mercado italiano, el estacionalidad y la masificación veraniega», señala Gadeso.