La vivienda en alquiler cerró 2023 en máximos, con un precio que rondó los 12 euros/m2 en el conjunto del país y superó los 16 euros/m2 en Baleares, la segunda región más cara de España por detrás de Madrid. En Ibiza y Formentera, sin embargo, hoy por hoy es prácticamente imposible conseguir una vivienda de alquiler a este precio debido a la enorme demanda.
En paralelo, el mercado refleja una oferta en mínimos, que los principales portales inmobiliarios achacan a las distintas medidas regulatorias que se han ido aplicado y advierten de que sin un giro de 180º el encarecimiento será la tónica dominante.
A falta de una estadística oficial de precios de alquiler, de acuerdo con los datos que manejan tanto Idealista como Fotocasa, los crecimientos de precios fueron constantes a lo largo de 2023 y en muchas regiones llegaron a batir sus máximos ante un desequilibrio entre la oferta y la demanda que no deja de acentuarse y que, avisan, está expulsando a los ciudadanos con las rentas más bajas.
El portal inmobiliario Idealista, en base a los anuncios publicados en su plataforma, cifra la subida de los alquileres en un 10,1 % hasta cerrar 2023 en una media de 12,1 euros/m2, cifra que a su vez arroja un incremento trimestral del 2,7 %.
De acuerdo con sus datos, Barcelona es la capital más cara para alquilar una vivienda (20,5 euros/m2), seguida de Madrid (17,9 euros); San Sebastián (16,8 euros) y Palma (15,4 euros), precios que contrastan con los de Zamora (6,2 euros), Ciudad Real (6,6 euros), Lugo (6,6 euros) o Cáceres (6,7 euros).
Idealista apunta a que en 2023 un total de 50 capitales tenían precios del alquiler más elevados que hace un año y más de la mitad marcaron máximos en diciembre. Las subidas se sucedieron en todas las comunidades, con Baleares (18,3 %), Comunidad Valenciana (15,5 %), Andalucía (13,1 %), Madrid (11,9 %) y Canarias (11,3 %) encabezando.
Así, según dicha plataforma, Madrid fue la comunidad con los alquileres más caros (16,2 euros/m2), seguida por Baleares (16,1 euros/m2), Cataluña (16 euros/m2) y País Vasco (13,2 euros/m2) y los más económicos se dieron en Extremadura (6,3 euros/m2), Castilla La Mancha (6,7 euros/m2) y Murcia (7,6 euros/m2).
Fotocasa, por su parte, apunta a un incremento más moderado de los alquileres, del 5,7 % en 2023 hasta los 11,6 euros/m2 al mes, la segunda subida más alta desde 2019 y la novena detectada en los 17 años de su serie histórica.
En base a sus cifras, a cierre de 2023 los incrementos en ocho comunidades llegaron a superar el 10 % y Madrid continuó en primer lugar (17,38 euros/m2), seguida de Baleares (16,9 euros) y Cataluña, que bajó a la tercera posición por primera vez con 15,95 euros.
Los mayores incrementos, por encima de la media, se dieron en Madrid (49 %), Baleares (45 %), Cataluña (37 %), País Vasco (32 %) y Cantabria (0,4 %).
La directora de Estudios de Fotocasa, María Matos, sostiene que el mercado del alquiler atraviesa uno de sus momentos más complicados con un aumento que sigue siendo muy significativo por el desequilibrio entre oferta y demanda. Subraya que nunca el alquiler había tenido una oferta disponible tan reducida como ahora.
En este sentido, asegura que el mercado es cada vez menos dinámico, más compacto y de muy difícil acceso y que los ciudadanos más vulnerables no pueden hacer frente a unos precios tan altos con unos salarios que no crecen al mismo ritmo. De hecho, prevé que los precios sigan este año al alza por los efectos de la Ley de Vivienda.
Idealista coincide en que las constantes medidas regulatorias en materia de alquiler y su culminación con la aprobación de dicha ley han provocado un «cataclismo» tras una retirada significativa de viviendas del mercado del alquiler y el trasvase de muchas de ellas a otras modalidades como el de temporada.
Su portavoz, Francisco Iñareta, pide un giro de 180 grados en materia de alquiler para que dentro de un año la situación no sea aun peor.
EFE
Y nuestros políticos siguen cobrando cada mes, se me caería la cara de vergüenza si no pudiera arreglar este problema.
No es ningún problema para los que tienen piso.
Los políticos, así como la mayoría de los ibicencos, tienen piso.
Así que no, no van a permitir que se construya, que es la única manera (más allá de una crisis económica que acabe con la demanda) de favorecer que bajen los precios.