@L.Aversa/La estación de radar ubicada en la isla, que forma parte del sistema de monitorización de las corrientes marinas del Canal de Ibiza, se encuentra desconectada desde el mes de julio a la espera de su reubicación. El Ayuntamiento de Sant Josep debe aprobar en el próximo pleno el convenio para cesión parcial de una parcela municipal para instalar la caseta de control de radar, una estación localizada en la zona de Puig des Galfí, ubicada entre Platges del Comte y Cala Codolar.
El Sistema de Observación y Predicción Costero de las Islas Baleares (ICTS-SOCIB), se encarga de la instalación y operación de este radar, y también de una segunda estación ubicada en Cap de Barbaria, en Formentera.
Las dos estaciones están instaladas en las Pitiüses desde 2012 y disponen de radares de alta frecuencia cuyos sistemas de emisión de ondas permiten estudiar la dirección y la velocidad de las corrientes marinas superficiales del Canal de Ibiza.
Según explica Emma Reyes, responsable de la división de HF Radar de SOCIB (de sus siglas en inglés: High Frecuency – Alta Frecuencia), la utilización del radar mejora la observación en tiempo real «para ayudar a optimizar las capacidades de respuesta y la eficiencia de acciones de salvamento y rescate» así como de «la lucha contra la contaminación marina».
Esto ocurre porque la monitorización continuada de corrientes a través del radar «reduce las áreas de búsqueda, y también los recursos y los costes» para acciones de salvamento.
En cuanto a la contaminación, «sirve para determinar las trayectorias de las partículas que se desplazan por el agua, como por ejemplo, larvas de peces, sustancias tóxicas, micro-plásticos, etc», detalla Reyes.
No en vano, los principales usuarios de las medidas del radar son científicos, pero también «las agencias europeas y nacionales de salvamento marítimo y lucha contra la contaminación, como por ejemplo, SASEMAR y autoridades portuarias», agrega la experta.
Mapas de corrientes marinas
«El Canal de Ibiza constituye un punto de conexión entre dos subcuencas (Alborán y el noroeste del Mediterráneo). En este conocido «choke-point» de circulación, las aguas de distintos orígenes y características (aguas menos salinas procedentes del Océano Atlántico y masas de agua Mediterráneas más salinas) confluyen, interactúan y se mezclan, dando lugar a una alta variabilidad espacio-temporal que favorece la biodiversidad», detalla Emma Reyes.
Según indica, el radar de alta frecuencia «es una tecnología de teledetección basada en la emisión de ondas de radio que permiten obtener mapas de corriente a alta resolución en un área extensa de la costa». Las emisiones «son inocuas y la baja potencia emitida (40 W en promedio) es similar a la de una bombilla», aclara.
Como ejemplo de funcionamiento, en la web del proyecto (MEDCLIC, El Mediterráneo a un clic) se detalla que al igual que «los radares convencionales que controlan la velocidad en carretera o el del tráfico aéreo, el Radar HF emite una señal de radio en Alta Frecuencia que llega a la superficie rugosa del mar en movimiento, que refleja una onda que es captada de nuevo por la antena». «Esta señal reflejada permite calcular la velocidad a la que se mueve la superficie del mar», detalla.
Su principal aplicación es la «monitorización continuada de las corrientes costeras, lo cual permite realizar estudios de variabilidad y mejorar el conocimiento de los procesos de la dinámica costera de pequeña escala», asegura la responsable HF Radar.
Otros usos son «la validación y la mejora de los modelos de predicción, mediante la asimilación de las corrientes superficiales observadas por el radar».
El traslado
Desde el mes de julio, se están ejecutando los trabajos de reubicación de los componentes electrónicos de transmisión y recepción de la señal de la antena de radar de alta frecuencia en Puig des Galfí.
Reyes destaca «la colaboración y el apoyo» que tienen por parte del Ayuntamiento de Sant Josep, del Consell de Ibiza y de la propiedad de 7 Pines Resort Ibiza, para reubicar la instalación. El traslado se debe a las necesidades de la propiedad del terreno, con la que el SOCIB tiene «muy buena relación», remarca Reyes.
Mientras se concluye la tramitación y se efectúa el traslado, se mantiene la operatividad de otros métodos como plataformas fijas en el Canal de Ibiza y modelos de predicción oceánica.
Sin embargo, según matiza Reyes, la tecnología del radar permite una observación mucho más cercana así como registrar la información obtenida, por lo que espera que se pueda volver a poner en marcha cuanto antes.
Los radares de Ibiza y Formentera forman parte de las 24 estaciones repartidas entre la Península, Baleares y Canarias, entre las más de 70 que están localizadas en Europa y las 400 que existen en todo el mundo.