El viernes pasado, 2 de octubre, se publicaba que el Partido Popular presentaría el nuevo régimen fiscal de Baleares en el Senado.
La historia del REIB ha sido siempre un proyecto inacabado, y producto de partidos estatales que, con tal de no hacer ruido en Génova o Ferraz, el resultado es un documento a medias tintas y expectante ante la decisión del ejecutivo de turno.
Es un hecho que las Canarias llevan una ventaja no de unos años, sino de siglos.
Desde 1833 con la creación de las provincias, las Islas Canarias y los canarios siempre han sabido encajar la naturaleza insular en la legislación administrativa territorial, desde la creación de los cabildos, la división en dos provincias para dar capitalidad real a las dos grandes islas, su régimen económico especial, y la reciente reforma electoral de 2018 que da una representación real de la insularidad en el parlamento canario.
En Illes Balears, comienzan a buscar la compensación territorial las autoridades locales en 1998 con el REIB del Partido Popular, un REIB que, además de alejarse mucho de poder ser una compensación al hecho diferencial insular, es un producto que queda para la pantalla y el postureo político, un postureo que acaba traduciéndose en que la insularidad que sufrimos no interesa a nadie, y continuaría como un lastre para nuestra sociedad durante 20 años más.
En 2019, tenemos el REIB del postureo del PSIB, un documento que, nuevamente, es un documento del postureo y de servicio con la sede del partido en Madrid, como ya sucediera 20 años antes.
En 2019, tenemos el REIB del postureo del PSIB, un documento que, nuevamente, es un documento del postureo y de servicio con la sede del partido en Madrid, como ya sucediera 20 años antes.
Es una realidad que la insularidad conlleva muchísimos más costes que beneficios, tal como se detalla en el estudio de la Universitat de les Illes Balears sobre los Costes de la Insularidad.
Como consecuencia encontramos que el precio por metro cuadrado – según datos del Instituto Nacional de Estadística – es en Illes Balears, el cuarto más elevado del conjunto del estado español, mientras que la misma variable en Canarias lo convierte en el quinto precio más bajo del estado, consecuencias de la insularidad, y consecuencias de un régimen digno.
También, encontramos que, según la Memoria Económica de 2018 del Consell Econòmic i Social de les illes Balears, nuestras islas son la comunidad autónoma con la mayor imposición directa, y según el INE, nuestras islas, son la tercera comunidad autónoma con mayor carga fiscal del conjunto del estado español, mientras que Canarias es la tercera comunidad por la cola con la menor carga fiscal.
Las diferencias entre un régimen especial y el régimen común son evidentes, pero deja de ser solidario cuando la causa principal de estas diferencias radica en el hecho diferencial insular.
Las diferencias entre un régimen especial y el régimen común son evidentes, pero deja de ser solidario cuando la causa principal de estas diferencias radica en el hecho diferencial insular.
Este REIB debería ser abordado desde la totalidad de las fuerzas parlamentarias del Parlament de les Illes Balears, coordinado y trabajado por tod@s, para poder obtener un resultado para tod@s. Este régimen no conoce de ideologías, el fin es claro, compensar la insularidad, y creo que debería ser una prioridad de tod@s.
Para alcanzar el resultado deseado, debería poder verse una coordinación entre todos los partidos políticos, estatales, autonómicos y federales para poder ver un resultado con todos los prismas posibles y que no deje ningún fleco pendiente. Tal como sucede en Canarias, donde la reciente reforma electoral ha sido un producto de toda la sociedad canaria y de todas las fuerzas políticas.
Un 1 de marzo ya se dijo en el discurso institucional que, cuando los Baleares reman juntos, no hay nada que los pare. Es momento de remar juntos per les nostres illes.
Por Miguel Carranza Guasch, politólogo, secretario de Acción Política de Esquerra Unida de les Illes Balears.