@Noudiari / Un informe de la consultora Simon-Kucher & Partners que recogen varios medios especializados en turismo, indica que el tráfico de visitantes domésticos, es decir, nacionales, que en 2019 supuso el 68 por ciento del total, será el que antes se reactive en España.
Pero hay un ‘pero’ y es que la consultora cree que Baleares y Canarias tendrán que esperar un poco más, porque los primeros viajes serán a segundas residencias o apartamentos vacacionales. Es decir, el turismo doméstico va a empezar a despertar con viajes a destinos de la Península donde se pueda acceder de forma flexible y segura en coche.
La dependencia de estas dos comunidades tienen del turismo hace, además, que la previsión de caída del PIB sea superior a la media que se espera en España, que será del 5,3%.
La consultora prevé una recuperación en forma de U para el mercado español y en U/L para los internacionales.
Por meses: brotes verdes en junio, pero sin recuperación clara hasta septiembre
En el mes de junio habrá «un primer brote verde (muy pequeño) debido a la reanudación de los viajes de necesidad a nivel nacional. Más adelante, en julio y, sobre todo, en agosto, se activarán los viajes dentro de la Península, en coche sobre todo.
En cuanto al turismo internacional, entiende que la reactivación “será muy complicada en verano”.
“Va a haber una recuperación mínima en los mercados más próximos pero se va a centrar en clientes fidelizados que conocen un destino u hotel y que se sienten seguros viajando allí o que directamente tienen una segunda residencia en España”, apunta Preferente.
Los meses de septiembre y octubre vendrán con síntomas más claros de recuperación y los eventos que se han pospuesto a final de año contribuirán a un mayor movimiento nacional.
Según el gerente de Simon-Kucher & Partners, Carles Munich, “a medida que se vaya mitigando la incertidumbre general, será fundamental devolver la confianza al consumidor a lo largo de toda la cadena de valor turística”. “Las empresas deberán estar preparadas y tener una respuesta rápida y eficaz a las fluctuaciones de demanda y a las nuevas barreras y motivadores del cliente”, agrega.
Los ingresos turísticos van a caer en unos 70.000 u 80.000 millones de euros, con un paro (temporal) de más de un millón de personas.