Había habido previamente otros casos sospechosos en Balears que se llegaron a analizar, pero el primer caso confirmado de viruela del mono en Baleares es de un turista de nacionalidad italiana de vacaciones Formentera, residente en Reino Unido, de 42 años, que se encuentra en buen estado de salud.
Ramón Canet, jefe de Medicina Interna del Área de Salud de Ibiza y Formentera, ha explicado hoy que el paciente comenzó con síntomas el viernes de la semana pasada, lo que le hizo sospechar de la presencia de la infección. Unas muestras que se remitieron a un laboratorio de referencia fuera de Ibiza confirmaron que se trataba de viruela del mono.
«Se encuentra bien pero se ha optado por un ingreso en el hospital de Formentera. Para evitar la transmisión de la enfermedad por el aire o por contacto, el personal lleva mascarillas y los EPIs similares a los que se han usado con el coronavirus», indica Canet.
Hasta que remitan las lesiones de la piel características de este virus, el paciente continuará ingresado en el hospital, aislado en una habitación.
Según explica Canet, solo una persona se puede considerar contacto estrecho de este enfermo y, por el momento, esta persona está bien ya que no tiene síntomas, aunque está vigilado en domicilio.
Las semanas previas, tras la aparición de los primeros casos en España de esta pandemia, se había realizado un protocolo balear de manejo de las personas con sospecha o confirmación de esta enfermedad y se ha procedido a manejar el caso de Formentera de acuerdo con este protocolo.
«Es una enfermedad que se conoce desde los años 50 del siglo pasado, cuando se detectó en un reservorio animal que afectó a unos monos de laboratorio exportados a Estados Unidos. El primer caso en un humano fue un niño de 9 años en África», ha recordado Canet
«Es una enfermedad endémica de determinados países africanos, con dos tipos genéticos: uno en África central y el otro en África occidental En ambos casos la sintomatología es similar pero, en el siglo pasado, se dieron casos en zonas centrales de África más mortíferos que en la rama occidental del virus, que es la que actualmente se ha diseminado por el mundo», ha añadido el experto, que ha recordado que ya se puede hablar de pandemia porque hay casos en varios países del mundo.
Los síntomas y la evolución
Los primeros síntomas se parecen a los de una gripe: fiebre, dolor articular y muscular y ganglios linfáticos hinchados. Se desarrolla la enfermedad tras un periodo de incubación de entre 5 y 21 días tras un contacto con una fuente (como cifras extremas) pero lo habitual son entre 6 y 16 días», explica Canet.
Una vez pasado el episodio gripal comienza a aparecer la manifestación más llamativa: lesiones en la piel que siguen una evolución por la cara y la boca y se extienden por el cuerpo evolucionando en diferentes fases hasta que, finalmente, se cae la costra y se cierra la lesión. Esto finaliza entre una y cuatro semanas tras el inicio de los síntomas
La persona infectada puede contagiar a lo largo de toda la evolución de sus síntomas: desde los gripales a las lesiones en la piel.
«Deja de ser contagiosa cuando las costras han desaparecido: entre dos y cuatro semanas desde el inicio de la enfermedad», añade el médico.
El Gobierno central ha adquirido dosis de vacuna que se aplicará en los casos donde ha habido contacto directo y riesgo elevado de contraer la enfermedad.
Canet ha explicado que las aglomeraciones son un punto de riego de contagio de esta enfermedad.