Pablo Sierra del Sol / Formentera es una isla que se le resiste a la derecha. Desde que el antiguo ayuntamiento se transformó en Consell Insular, allí solo han gobernado partidos de centroizquierda. Una tendencia que se repite desde hace cuatro elecciones. Dieciséis años y tres presidencias después (Jaume Ferrer, entre 2007 y 2019, y Alejandra Ferrer y Ana Juan repartiéndose el poder en la última legislatura), el 28 de mayo que viene reforzará o cambiará este equilibrio de fuerzas. Entre conservadores y progresistas, en general, y, si acercamos la lupa, en el ala izquierda del tablero político.
“La aspiración del PSOE, se presente donde se presente, es la de gobernar. Es pronto para hablar de si nos interesaría reeditar un pacto con Gent x Formentera. Nuestro objetivo siempre es ser la lista más votada y no depender de nadie para formar gobierno”, dice Rafa Ramírez, secretario de organización de los socialistas formenterenses. El actual vicepresidente del Consell y nuevo senador por las Pitiusas en sustitución de Patricia Abascal (el PSIB ha aceptado que combine los dos cargos) cree que su partido seguirá creciendo electoralmente.
En 2019 dobló su apoyo en las urnas: los 541 votos que consiguió el PSOE cuatro años antes –venía cayendo desde 2007– se transformaron en 1.057. Casi un 27 por ciento de los sufragios, a menos de diez puntos de las dos opciones más votadas. Argumento suficiente para negociar al alza con Gent x Formentera, reeditar la coalición de gobierno que había funcionado en las dos primeras legislaturas del Consell y, por primera vez, conseguir la presidencia en los últimos veinte meses del mandato, punto que alargó las negociaciones.
“Esta legislatura y, especialmente, desde que Ana Juan es la presidenta del Consell, hemos desplegado muchas políticas sociales que han mejorado la vida de los formenterenses en momentos muy duros. No podemos olvidarnos que venimos de una pandemia que ha afectado a las capas más desfavorecidas de la sociedad”, explica Ramírez. Ana Juan fue la primera cabeza de lista que se conoció en Formentera. El resto de partidos o coaliciones se lo han tomado con más calma. El 26 de enero, los afiliados de Gent x Formentera eligieron, casi por unanimidad, a Alejandra Ferrer y Sílvia Tur como candidatas al Consell y al Parlament balear.
El tique electoral de los últimos comicios volverá a ponerse en práctica. “Nosotros no somos la sucursal de ningún partido. Eso nuestros votantes lo tienen claro, igual que saben que nunca pactaremos con la derecha”, dice Sònia Cardona, a quien eligieron secretaria general de Gent x Formentera este otoño, cuando se renovó la directiva de la formación insularista. “Tenemos un cuadro amplio de militantes y creo que la gestión de estos dieciséis años representa el equilibrio, económico y medioambiental, que necesitaba la isla”, responde Cardona, que no cree que pasar tanto tiempo en el poder le cobre factura a su partido en las próximas elecciones, pese a que en 2019 perdió casi cuatrocientos votos respecto a 2015, cuando se quedó muy cerca de conseguir la mitad de los sufragios que se contabilizaron.
GxF tampoco considera que la concesión de los chiringuitos y quioscos de playa (con el concurso público recurrido y todavía por resolver) ni la regulación del fondeo en s’Estany des Peix, enclave del Parc Natural de ses Salines, pueda desgastarles en las urnas, pese a la indignación social que han levantado. Este análisis es compartido con el PSOE.
Llorenç Córdoba asume que Sa Unió, la coalición a la que representa como jefe de la oposición desde que empezó la legislatura, lo tendría complicado para gobernar en el Consell pese a ser la lista más votada. Necesitaría la alianza de derechas ser mayoría absoluta. Hito ya de por sí difícil en una isla donde, por tradición, el voto se fragmenta entre tres o más opciones y, desde 2007, nadie consigue más sufragios que Gent x Formentera.
“Nuestra fórmula amplía el electorado conservador hacia el centro. Eso es muy interesante por muchos motivos”, analiza Córdoba, “pero incluso así esta candidatura no lo tiene fácil para gobernar porque los otros dos partidos [GxF y PSOE], aunque no se soportan, pactan para repartirse el poder. Si les dan los números volverán a pactar. Nosotros ofrecimos a los socialistas tener la presidencia durante todo el mandato y nos dijeron que no. Volvieron con Gent x Formentera, que es quien ha controlado el gobierno lo presidiera quien lo presidiera, cuando en 2015 sacaron mayoría absoluta se olvidaron con ellos. Reeditar este acuerdo no es el cambio que los formenterenses quieren”. Y remata: “Somos la isla con la renta per cápita más baja y la que tiene peores servicios”.
Sa Unió no tiene con quien pactar
PP y Compromís x Formentera anunciaron que concurrirán juntos por segunda vez consecutiva. Cuando fueron por separado –2015– las candidaturas de centroizquierda prácticamente les doblaron en votos. Sin embargo, en 2019, se quedaron a sesenta y ocho papeletas de ser la lista más votada. El cabeza de lista de Sa Unió está todavía por definir. A Córdoba no le importaría presentarse de nuevo. Él, veterinario de profesión, no tiene afiliación a ningún partido político: “Creo que lo más interesante es que el número uno volviera a ser una persona independiente. Yo estoy a disposición de los dos partidos para encabezar la lista, aunque la decisión saldrá exclusivamente de las ejecutivas de los dos partidos. La palabra la tienen José Alcaraz (PP), Javier Serra (CxF) y sus dos equipos de trabajo”.
Sí tiene claro Córdoba que “no pactarían con VOX” en caso de que la ultraderecha ganara un asiento en el Consell de Formentera: “Ni estamos de acuerdo con las ideas que tienen ni me haría ninguna gracia pactar con ello”. En VOX aseguran que se van a presentar, pero no dan pistas del candidato con el que podrían competir. Hace cuatro años sacaron solamente 107 votos en las insulares. En las últimas generales, sin embargo, fueron 414: trescientos votantes se abstuvieron o cambiaron de opción.
La última aparición en la isla de la líder del partido ultraderechista en Balears, la ibicenca Patricia de las Heras, provocó polémica en Twitter. La también diputada en el Congreso acusó a Ana Juan de “sectaria” por “vetarla” a la hora de repartir unos premios que entregaba la federación autonómica de caza. Otras fuentes, en cambio, aseguran que no estaba invitada al acto y que acudió para crear polémica de forma gratuita.
Esquerra Unida trabaja para formar una lista electoral
Vanessa Díaz acaba de tomar posesión del escaño con el que cuenta la isla en el Parlament balear. El pacto postelectoral al que llegó el centroizquierda tras los resultados de los últimos comicios le abrió la puerta a Esquerra Unida para obtener representación autonómica en una isla donde nunca se ha presentado en solitario a unas insulares. El objetivo de EU es hacerlo el próximo 28 de mayo. “Hay varios asuntos”, advierte Díaz, “que pueden llevar a la abstención a muchas personas que han apoyado tradicionalmente a los dos partidos que están en el poder. Uno es la falta de vivienda digna a unos precios que se puedan pagar. Otro es que hayan tardado diez años para licitar una contrata de basuras a la altura de lo que necesita la isla. Nuestro reto es recoger el apoyo de esos descontentos. No se puede perder ningún voto de izquierdas”.
Doscientas papeletas podrían marcar el 5 por ciento necesario para colarse en el Consell. Hasta que se coloquen las urnas en los colegios el domingo electoral, la presencia de Díaz en el Parlament tendrá miga. Sílvia Tur, que ocupó el escaño por Formentera entre 2015 y 2021, dijo recientemente en Ràdio Illa que en GxF “no estaban contentos” con el trabajo que había hecho Antonio Jesús Sanz, el diputado que la sustituyó y al que ha ahora relevado Díaz. ¿Su problema? El “seguidismo” mostrado, según Tur, hacia su partido, el PSIB, pese a mantenerse en el grupo mixto de la cámara. Y la insularista añadió: “El objetivo es que Gent x Formentera pueda estar en primera persona y durante cuatro años en el Parlament”.
Hay algo en lo que están de acuerdo todos los partidos y coaliciones que han contestado las preguntas de este reportaje. Un fantasma recorre la isla: Formentera debe protegerse ante la pérdida de identidad –social y turística– que representan la globalización y los fondos de inversión. Ser el municipio de España donde más difícil y costoso es conseguir una vivienda digna es uno de los síntomas más evidentes de este problema estructural.
Córdoba (Sa Unió) cree que es necesario “relajar urgentemente la presión fiscal que soportan pequeñas empresas y autónomos”. “Si no, será muy difícil que los negocios de toda la vida tengan relevo generacional”. No limitaría el político conservador los precios del alquiler o la compraventa de pisos y casas, pero tampoco apunta soluciones concretas: “Expropiar tampoco sería una solución y las viviendas de protección oficial tampoco arreglarán completamente este problema, que es muy grave. El Consell debe encontrar fórmulas que ayuden a los formenterenses que están buscando una casa”. Según Díaz (EU), “Formentera se está convirtiendo en un plató” y su receta es totalmente distinta. “Conozco a mucha gente, algunos son amigos, que ha tenido que marcharse por el precio de la vivienda, que debería estar regulado de una forma clara”.
GxF quiere gestionar la Conselleria d’Habitatge
Cardona (GxF) cree que el Consell de Formentera cuenta con madurez suficiente como para “asumir las competencias de la Conselleria d’Habitatge… siempre que estuvieran bien dotadas”. “Si gestionáramos este tema directamente desde nuestra isla podríamos ofrecer más y mejores soluciones. Está claro que hasta ahora las políticas que se han aplicado no han funcionado”. Ramírez (PSOE) recalca que las diecisiete VPO que la institución insular permitirá construir al IBAVI en Sant Ferran –las obras durarán en, teoría, los próximos dos años– es la muestra de que su grupo político “tiene el compromiso de tratar de arreglar” un panorama que complica la existencia al porcentaje de formenterenses que no disponen de, al menos, una vivienda en propiedad. Y que, además, hace muy difícil que muchos trabajadores –los que demandan la Administración y los servicios públicos, y las propias empresas turísticas que abren solamente en temporada– puedan establecerse en la isla.
El pasado otoño, un estudio de un portal inmobiliario tasó en 9.846 euros el precio medio del metro cuadrado en los 83 quilómetros cuadrados del término municipal. Casi el triple de lo que cuesta en Balears, la comunidad autónoma más cara del país donde comprarse una casa. En otra conocida web, los pocos anuncios publicados (menos de diez) ofrecen estudios y apartamentos de menos de cincuenta metros cuadrados a más de 1.400 euros al mes: una casa de campo de 120 metros cuadrados a casi 2 mil euros al mes y un chalé adosado de 151 metros cuadrados por 2.500 euros son las mejores oportunidades disponibles para alquilar una casa en Formentera.
Bon article, Pablo!
Les 17 futures HPO de Sant Ferran NO solucionaran res, excepte pels ‘afortunats’ que compleixin amb el màxim de requisits per habitar-les.
No hi ha solució possible mentre el turisme vingui cada estiu a gastar-se tres o quatre mil euros per una setmana de vacances a Formentera. L’Statu quo de l’illa, on tothom o gairebé tothom que té alguna propietat, la dedica al turisme i a treure’n rèdit, sigui del partit polític que sigui, de centre/dreta/esquerra o feixista, fa impossible que hi hagi cap regulació, perquè TOTS ells estan d’acord en anar tirant la pilota endavant mentre es van ficant els sous a la butxaca.
L’illa se’n ressent, evidentment. Sols cal donar una volta per qualsevol banda i veure que el que hauria de ser un bosc, acostuma a estar farcit de cases que comencen a ficar tancats al seu voltant. O donar un passeig a peu entre Sant Francesc i ses Bardetes per veure que on fa tres anys hi havia camp, ara esta ple de noves cases que, a més, sols es poden permetre els milionaris. Això si, la casa de Can Ramon, ‘futur’ museu de Formentera, continua igual d’enrunada. Per a aquesta ‘reforma’ es veu que no hi ha sous, com tampoc per la casa de sa Senieta o la construcció del solar on haurien d’anar les altres instal·lacions museístiques. La Cultura, a ‘Formentira’, no ens la posa dura!
Repeteixc, a ningú, dels que manen (o dels que voldrien manar), els interessa, de veritat, posar solució al problema. S’estimen més que la gent se’n vagi perquè ja no pot aguantar a l’illa a causa del cost de la vida.
És trist, però així és!