@Luciana Aversa/Elyana Aguado Fuster tiene 25 años y un bebé de cinco meses que se ha convertido en su principal obstáculo para conseguir una vivienda de alquiler en Ibiza. Lleva un año buscando piso para mudarse con su pareja y su niño, pero no logra encontrarlo porque tanto caseros como intermediarios la rechazan. El motivo que le dan es que al tener un hijo no la podrán desahuciar si no paga.
Así se lo han dicho ya «varias veces» a esta joven que lo único que quiere es dejar de vivir en una pequeña habitación de la casa de sus suegros y comenzar una vida familiar junto a su pareja y su pequeño Óscar.
La joven, procedente de Mallorca, reside en la isla desde hace seis años, donde ya vivió los graves problemas de vivienda que hay en Ibiza. Ha llegado a pagar 500 euros por semana por una habitación durante una temporada de trabajo, que se pasó «sin librar ni un día» y gastando todo su sueldo en la vivienda. Ahora, vuelve a encontrarse con el problema de una manera más cruel. El rechazo directo por tener un hijo.
Sin contrato
En su incesante búsqueda, incluso le ofrecieron alquilar una casa sin contrato para que cuando el dueño quisiera echarla, «no me pudiera agarrar a nada», lamenta.
«Estoy buscando piso como loca por todos lados, ya llega un momento en el que te desanimas y te dan ganas de irte de la isla. Tengo un niño y estoy en una habitación pequeña. No tengo espacio ni puedo disfrutar de él como me gustaría», explica la joven.
Según señala, ni le contestan los mensajes porque ven en su foto de perfil que tiene un hijo. «O te lo dicen directamente, ni niño ni perro», agrega.
Elyana afirma que aunque «hay gente a la que se le han metido unos pillos y han dejado de pagar, no todo el mundo es igual». «Yo quiero una casa y ahora mismo no puedo comprarme una, pero si yo me alquilo una casa, la voy a cuidar como si quiera mía. No quiero un alquiler de verano ni sólo de invierno, sino de la larga duración», insiste la joven.
Además del rechazo, los precios y las condiciones también dificultan el acceso a una alquiler. «Hay de 600 o 700 euros, pero sólo para el invierno, y para todo el año, de 1.200 euros para arriba. Eso son alquileres abusivos, una familia qué va a pagar», critica.
«Da mucho asco todo porque te desanimas. Buscas y buscas y ya no sabes qué hacer. Tengo 25 años y quiero aspirar a algo en mi vida, quiero un futuro. Aquí estoy muy bien, pero no es mi casa, quiero un hogar», concluye la joven.